jueves, 25 de marzo de 2010

Felices Vacaciones de Semana Santa

El blog de turaralite te desea que pases una Feliz Semana Santa.... ¡Nos vemos a la vuelta!


Dirección y Administrador de turaralite
Gracias

miércoles, 24 de marzo de 2010

POEMAS PARALELOS


Dime que aún me ves cuando miras sus ojos
Que sueñas cada noche amanecer conmigo.
Contar estrellas hasta que llegue el alba.

Dime que aún me piensas cuando besas sus labios,
Que recuerdas cada día cuando me dijiste te quiero.
Soñar mundos de ilusiones con palabras.

Dime que aún me sientes cuando acaricias su cuerpo,
Que imaginas pasar cada tarde junto a mí.
Sentir mariposas cada momento del día.

Te quiero y te querré
Te necesito y te necesitaré
Te amo y te amaré

Nerea Alberca Tejero

martes, 23 de marzo de 2010

BREVENTOS XXI



SALTA UNA ALARMA

Sentado ante mi mesa de trabajo, intentando que la inspiración llegue a mí para escribir un microrrelato, observo un mapa de carreteras que han olvidado mis padres abierto, venas y arterias de la geografía con nombre que te hacen recordar cosas aprendidas: Berceo, San Millán de la Cogolla. Puff, ¡qué aburrimientoo!, miro por la ventana, la alarma de un coche suena, alguien intenta abrirlo, gente de las tiendas cercanas salen a fisgonear, se arremolinan, sonrrien y cuchichean, ¡qué emoción, un robo bajo mi ventana!, la abro, me asomo para observarlo mejor.
¡Qué vergüenza! Son mis padres, es nuestro coche, la cerradura se ha vuelto a estropear.

Pablo del Río Fernández.

lunes, 22 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS XII

Casi se me apaga la luz,
Llegué a ser solo un eco en el vacío
Cuando me dijeron
Que te habías ido

Y pensar que ayer hable contigo…
Que no me he podido despedir…
Que no te he podido decir lo que siento…
Ya es demasiado tarde.

Mis sueños cayeron al suelo,
Como pedacitos de estrellas
Que se van apagando
Para siempre.

Pero debo seguir a delante
Conseguiré recuperarme
Porque si lo piensas
Siempre estarás en mi interior

Nunca dejaré de amarte
Aunque pasen los años
En mi mente estarás constantemente.

Déjame mirar tras de ti,
Que alguien me explique
Porque me tuvo que tocar a mí

Nerea Alberca Tejero

jueves, 18 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS XI

El vacío que tú me dejaste,
Nadie lo puede suplir,
Cuando tus ojos se apagaron
Y tu corazón dejó de latir.
En mis sueños apareces,
Diciéndome que sea feliz,
Pero yo solo puedo ser así,
Si tú estás junto a mí.
Ahora que no estás aquí,
El dolor se apodera de mi cordura,
Por no poder aceptar,
La realidad más dura.
Te busco por los rincones,
Con la alegría de volverte a encontrar
Porque aún no puedo creer,
Que te fueras así sin más.
En mi mente estás,
Y en mi alma vives,
La muerte me quitó lo que más quería
Eras tú, la persona más buena,
Que jamás conocería.


Cristina Álvarez Martínez

martes, 16 de marzo de 2010

ELEGIAMOS X


El precio de amarte

No hay precio para amarte
pues si ese precio es la muerte
es barato.

Y da pena no contarte
lo que me duele perderte
y no un rato.

Qué haré sin ser tu sonrisa,
sin ti así no puedo vivir,
mucho cuesta.

Qué haré sin la tuya brisa,
con ella quisiera dormir,
no hay respuesta.

Yeray Castillo

domingo, 14 de marzo de 2010

MICROS MACROS II

Si las estrellas titilasen…

Y así aconteció, que bien hallado se hubo en los Páramos solitarios, llenos de nieve y secreto. Consciente o no de ello, empezó a caminar. Otra vez el maldito sueño…
Esta vez sí estaba el caballo, pero siempre detrás de él, siguiéndolo. Piafaba si se le intentaba acercar, y pasado un tiempo, cuando la niebla de su mente se hubo disipado, desistió por completo.
En el horizonte aparecieron las estrellas. Sí. Aparecieron.
¿Las puso alguien allí?
Quizá.
Quizá. Quizá también estuvieron allí desde siempre, observándolo. Quizá. Como era algo rutinario apenas si les prestaba atención. Los astros parecieron danzar. El ritmo del tambor resonó en sus oídos.
Bum-bum.
Silencio.
“Espera-pensó-. Ya he estado aquí antes”.
Y así era. El prado verde sustituyó a la tundra. El frío le heló los huesos hasta la médula. Rugnir al cinto. Una fuente de piedra se erguía en la soledad. El hombre se inclinó sobre el agua que reflejaba el cielo nocturno.
Las estrellas se inclinaron también.
Podía ver el reflejo de los Páramos. Podía ver las constelaciones. Pero no se veía a sí mismo.
De pronto, todo comenzó a dar vueltas. Sus manos temblaron. Un grito, el grito; resonó en la distancia. Lo llamaban. Gritaban su nombre pero no podía responder. ¿Quién era?
De tantas vueltas terminó yaciendo bocabajo, en el piso de hierba. Alguien estaba frente a él, a poca distancia.
Abrió los ojos.
No…
Otra vez.
Allí estaba la criatura. Su cara, sus movimientos, sus pensamientos. El uno examinaba al otro.
-¿Qué quieres de mí?-casi gritó, desesperado, el acosado hombre.
El otro no contestó. Movió la cabeza hacia la izquierda, como si escuchase con atención.
-Aléjate y no vuelvas. O dime por qué me persigues. ¿Qué he hecho? ¿Qué he dicho? Acaso tengas algo que decirme.
Un silencio de muerte.
-Sí-articuló.
El hombre prestó atención, o intentó prestarla. La voz apenas era un susurro. Una voz penetrante, que se quedaba ahí, como un eco. Resonaron de nuevo las palabras.
-Pero a su tiempo. Has de saber que tú y yo guardamos algo en común. Algún día lo sabrás.
-¿Cuándo?-preguntó con ansiedad. Aún tenía miedo. Echó mano a la espada.
El otro comenzó a correr por el prado, perdiéndose lentamente en la lejanía. Antes de desvanecerse en poniente se dio media vuelta. Observó un interminable momento al hombre, gimió y desapareció en el valle.
La noche fue todo. De nuevo estaba en su cama, con su mujer al lado. Pensó detenidamente en esto. Por supuesto, había escuchado cosas como estas sobre mensajeros y sueños que profetizaban cosas. Pero este parecía tan real. ¿Y quién era aquella horrible aberración que lo perseguía? En última instancia decidió esperar.
De pronto había tomado valor; haría frente a sus pesadillas. Descubriría el por qué. Se dio media vuelta y volvió a dormir.
Y así es, que el mensajero seguía allí, real o no, en su habitación. Velando su sueño, de pie y solo, en las tinieblas.
Unos globos blancos parpadearon en la noche, se dieron media vuelta y se hundieron en el abismo del que procedían.
La mente.

Euridamo

viernes, 12 de marzo de 2010

MIGUEL DELIBES


MIGUEL DELIBES (Valladolid, 1920-2010)

"Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales".

Las novelas con más renombre de Miguel Delibes son las siguientes:

La sombra del ciprés es alargada: Presenta el dilema de si para ser feliz o mejor dicho, para no sufrir, es mejor evitar involucrarse en exceso con el mundo y con las personas que nos rodean, rehuir las emociones, o por el contrario, amar a pesar del sufrimiento que puede conllevar.

El camino: Es también una de sus primeras novelas y representa el comienzo de un equilibrio en la obra de este autor. Daniel el Mochuelo hace una conmovedora evocación de su infancia la noche anterior a su partida a la ciudad para estudiar.

Cinco horas con Mario: Es un monólogo sobre los recuerdos de una mujer que vela el cadáver de su marido. Es una de las obras más conocidas de Delibes ya que fue llevada al teatro con gran éxito de público y de crítica.

Los Santos Inocentes: es una de las obras más populares de Miguel Delibes y también, una de las más leídas. Al igual que sucedió con Cinco horas con Mario alcanzó una gran popularidad por la rigurosa adaptación que realizó Mario Camus para el cine. Es una obra que refleja muy bien las desigualdades sociales, especialmente en el medio rural.

Mi idolatrado hijo Sisí: Esta obra también fue llevada al cine con el título Retrato de familia. Narra el clima previo a la guerra civil, en una ciudad de Castilla donde se cruzan intereses reaccionarios y democráticos.

El príncipe destronado: En un tono algo más desenfadado del que nos tiene acostumbrados Miguel Delibes, nos cuenta la historia de un niño que se siente desplazado ante la llegada de su nueva hermana. Lo mejor de la obra es como nos hace ver el mundo familiar del niño desde sus ojos.

Señora de rojo sobre fondo gris: publicado en 1991, está dedicado a su mujer. En la sobrecogedora historia del personaje de Ana, podemos reconocer a su mujer, Ángeles, y la profunda historia de amor y admiración que tuvo con ella, e incluso, un homenaje póstumo.


El Hereje: Respaldada por un excelente trabajo de documentación, refleja a la perfección el Valladolid de la época de Carlos V. Hace asimismo una apasionada defensa de la tolerancia y de la libertad de conciencia y pensamiento

SUS PREMIOS MÁS IMPORTANTES


• Premio Nadal en 1948 por La sombra del ciprés es alargada.

• Príncipe de Asturias en 1982.


• Premio Nacional de las Letras en 1991.


• Premio Cervantes en 1993.

ELEGÍAMOS IX


NUNCA TE VAMOS A OLVIDAR

Piensas como será,
le das mil vueltas
pero en el fondo
no crees que te vaya a pasar nunca,
porque siempre es a otro a quien le sucede,
y no a ti.

Pero sucedió.
te has ido, te has ido sin llevarnos contigo
tal y como prometiste...
Renunciar a ti ha sido lo más difícil
que he hecho en toda mi vida

Sin ti,
el presente es terriblemente incierto
y de lo único que me arrepiento en esta vida
es de no ser otra persona.
De no haber sido yo quien iba en ese coche...
De no estar ahora contigo

¿ Dónde están aquellos veranos
que pasábamos todos juntos ?
¿ Dónde está aquella sonrisa
que nos alegraba siempre ?
Supongo que el destino es
el mejor mecanismo de defensa
y nos toca seguirlo sin ti.

No importa todo lo malo que pasará,
ya se fue todo...
Todo está olvidado.
Tengo la certeza de que el tiempo
nunca nos va a separar de ti.

TEQUEREMOS TIO !
[ 23-01-2007 ]

Esther García Martín

jueves, 11 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS VIII


Sonidos que brotan de mi boca,
silencios que escapan de mi mente,
sangre que brota cual fuente.
Agua que ahoga mis ojos
la respiración tan fuerte, tan fuerte
¿ Cuándo se para ?
¿ Cuándo el gran músculo parará
de palpitar ?

Tú, tan poco deseado por algunos,
tan pequeño
una bella calamidad inesperada
Allí donde cierras lo ojos,
allí donde caen mis lágrimas
aquí donde se acaba tu tiempo
Dulce y delicada piel.
manchada de un rojo líquido.

No tuvimos tiempo
para conocernos y abrazarte
te veré allí donde duermen los ángeles
con un halo de sombrero
tapando esos hermosos cabellos negros
como noche sin estrellas.

¿ Somos almas olvidadas ?
Sé que sí, desterrados en la tierra,
donde la muerte nos zarandea
y nos espera.
Donde nos deja flotar
en esas imágenes pasadas.

¿ Dónde han quedado las luces,
las lámparas ?
¿ Dónde están los fluidos que
salían de mi cuerpo ?
¿ Dónde están los médicos
vestidos de blanco,
y manchados de rojo ?

Dedos deslizaos por sus ojos,
cerrad aquello que no ha podido ver,
manos abrazadle
y sentiremos alma con alma
cuerpo con cuerpo.

La vida que te golpea,
te utiliza y te remata,
poco tardarás en llegar al final
¿él llegó tardío ? no lo creo,
donde ya no sientes nada,
ni tu saliva, ni tu corazón,
ni tu sangre.

Voy a terminar la agonía,
quiero perderme a la sombra,
porque no vale la pena vivir
si tú no estás presente
Pocas horas junto a ti
y una vida para darte
porque te quiero por siempre
mi bebito.

SANDRA LOUGEDO PINO

miércoles, 10 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS VIII

A mi perra kira que no la olvido

*Me dio mucha pena perderte

Pero no te cuide lo suficiente

Me di cuenta aquel día de madrugada

Yo tenía una sensación extraña

*Tú querías despedirte de mí

Pero yo ni si quiera te vi

Y ahora siento cada día

Una pena transcurrida

*Siento indignación por los que te hicieron esto

Siento rabia por no haberme dado cuenta a tiempo

Quisiera decirte tantas cosas a todas

Éramos las mejores amigas

*Esos tiempos tiempos pasados

Esos momentos añorados

Esas caricias brindadas

Esas comidas compartidas

*Espérame volveremos a vernos

Te volveré a enseñar a dibujar

Te contare mil cosas más

*Puesto que estoy en la penumbra

Porque me faltas tú

Corremos juntas hacia la luz

De ese gran cielo azul

ZAIDA PANIAGUA

martes, 9 de marzo de 2010

lunes, 8 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS VII


Amarga visita


Desagradable visita que llama a tu puerta es la muerte.
Macabra e inesperada, que llega tarde o temprano,
arrancándote la vida y sumiéndola en un mar tenebroso.
Abrupto camino sin retorno hacia un lugar desconocido,
donde el dolor de tus seres queridos nunca finaliza.
Frío se queda el cuerpo de la persona
que señalas para llevar contigo,
esperando a ser devorado por los gusanos.
Jamás olvidaré el cariño con el que me mirabas,
las risas que pasábamos juntos,
la confianza que compartíamos.
Ahora todo queda reducido a polvo,
y mi corazón está desolado e incompleto.
Nada ni nadie podría reemplazarte
porque dejas un vacío muy grande en nuestra vida.
Éramos uno, y ahora tendré que resignarme
solamente a poder llevarte flores
y a llorar tu amarga ausencia.
La muerte es un triste regalo que a todos nos llega.
La muerte no entiende de edad, religión o dinero.
Nadie se resiste a su poder en este maldito mundo,
que domina con sus negras artes.
¿Dónde están aquellas personas tan importantes y grandiosas?
Pudriéndose bajo tierra.

Tú no merecías ese final.
Tu vida han desgarrado y mi alma han arruinado.
La luz ya nada ilumina en este injusto mundo.
Mi vida ya no tiene sentido si tú no estás conmigo.
Ya sólo queda llorar tu injusta muerte y esperar la mía…


JESÚS SÁNCHEZ – PAULETE GÓMEZ – CALCERRADA

domingo, 7 de marzo de 2010

MICROS MACROS I

Continúan los sueños

De nuevo se vio a sí mismo caminando, esta vez sobre la hierba seca. Tenía las riendas de su caballo negro en la mano y la espada Rugnir en el costado. ¿Por qué Rugnir? ¿Quién le había puesto nombre? Solo era un sueño, estaba totalmente convencido. Anteriormente ya había tenido sueños de este tipo, pero ahora era diferente, como si todo fuese más nítido.
Nítido, pero remoto.
El sol brillaba, pero parecía distante y por momentos titilaba. Luego se transformó en una luz, y una voz gritó desgarrando el aire. Su caballo negro no estaba. Cayó a las sombras y se golpeó fuertemente en la cabeza.
Una lluvia le caló hasta los huesos, helándole el corazón. Luego una serie de luces pasaron rápidas frente al hombre, con los ojos cerrados y temblando de frío y miedo. Una angustia se apoderó de su ser, luego un deseo de escapar, de moverse; y luego nada.
Silencio.
Fuego, susurros, pasos. Le zarandeaban.
-¡Eh!-decía la voz-. ¡Aquí! ¡Sigue vivo!
Unas figuras altas se perfilaron a la luz de una hoguera, alguien tosió.
Pero no pudo abrir los ojos del todo, o lo que vio fue demasiado borroso o no quiso verlo. El alba despuntó en el este, su mujer se levantó. Debía levantarse a desayunar. Era miércoles y esperaban en la oficina.
Se quitó de encima la sábana húmeda y se dispuso a levantarse, frotándose los ojos. No hizo más que levantar la cabeza y ver a su mujer tirada en el suelo. No sangraba, pero no respiraba ni daba ninguna señal de vida. Se aprestó a levantarla ¿qué ocurría? Esta vez juraría estar despierto.
No era así.
El bello rostro de su mujer se transformó, quitando el aliento al hombre, que la soltó enseguida. La cara de su amada trasfiguró en una mueca terrible; dos globos blancos le observaron de nuevo, su boca siseaba y enseñó los dientes amarillos propios de sus pesadillas.
Se echó para atrás como impulsado por un resorte.
-¿Qué ocurre? ¿Qué ocurre?-se repetía en voz alta. Su mujer, o la bestia que era, comenzó a tambalearse y estremecerse. Se encogió de espaldas, como si le hubiesen propinado una fuerte patada en el estómago; de su espalda salieron protuberancias puntiagudas. Al principio tímidamente, pero finalmente desgajando la camisa.
Lo que se irguió ante él fue demasiado para su conciencia. Aquella cara la había visto antes; era la criatura de su sueño, que estaba siempre presente. ¿Por qué? ¿Qué quería de él? Acaso tenía algo que decirle. Alzó de nuevo el brazo, queriendo tocarle. No tenía nada con qué defenderse.
El mundo se paró.
La luz dejó de entrar por la ventana. Parecía que todo hubiese caído en el más absoluto silencio.
La bestia vomitó, levantó después la vista y volvió a señalarle con el brazo.
-Cuídate de mi amo, tus sueños significan más de lo que tu mente pudiese imaginar.
Dicho esto soltó su alarido y saltó por la ventana sin romper el cristal. Un segundo después su mujer seguía allí, con el ceño fruncido por la preocupación.
-Te estaba llamando pero no me oías-le dijo-. ¿Qué te pasa? Me asustaste.
Él parpadeó un instante, creyendo creer que aquel ser sí era su mujer, la de siempre; ella.
-No pasa nada-dijo con nerviosismo, pero la abrazó inmediatamente. Lo último que deseaba es que ella sufriera las consecuencias de su imaginación. Se estrecharon un tiempo, más tarde la casa quedaría sola.
¡Ay! El mensajero seguía allí, porque mientras él lo tuviese en la cabeza le acompañaría siempre. De nuevo, unos globos blancos parpadearon tras él, en la oficina; para después fundirse, como siempre, en las tinieblas del sueño más profundo.

Extraído de la mente de Euridamo, para bien o para mal; perdición y esperanza. Lean y nunca dejen de soñar.

Euridamo

sábado, 6 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS VI


Nada tiene solución en un corazón maltrecho
solo queda el interior que llora por una pena
una pena que te ahoga, que te deja en soledad.

Ha muerto parte de mí, al morir mi padre enfermo
nada puede con mi pena,ya nada ni nadie la calmará
parece que se durmió, para nunca jamás despertar.

Su sueño es largo y tranquilo apenas se inmuta
él duerme esta noche en paz, yo acongojado por la ausencia
ya solo quedara su dulce aliento en mis recuerdos.


JUAN ANTONIO PINTO

viernes, 5 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS V


Tocaste a la puerta sin haber llamado
robaste aquello que no estaba en tu regazo

Días sin luz pasan para mí
la inocencia de un niño intentando vivir
¿Qué será de mí sin ti?

¡ Fantasma desgraciado !
tú le alejaste de mí

Veía aquella sonrisa en su mirar
recuerdos y amor que nadie podrá comprar
Tu eras mi luz, mi guía
aquella molécula de oxígeno que me permitía seguir

Las cinco y cuarto, una sonrisa y te perdí

Irene Matumona Kusu

jueves, 4 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS IV


Cuando menos te lo esperas,
las cosas se te escapan de las manos
como la arena del mar.
Por una tontería sin importancia,
las cosas se te tuercen
y no hay manera de enderezarlas.
Quién diría que por una discusión tonta y absurda,
esa felicidad que tanto anhelaban y deseaban experimentar
se fue convirtiendo en tristeza y disgustos.
Sus ganas de aferrarse al amor
se fueron marchitando como las flores en invierno,
como un enfermo sin cura.
No resistieron ese dolor y se fueron de la vida
angustiados y penados por el amor,
por ese que tanto lucharon y no funcionó

María del Romero Redondo

miércoles, 3 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS III


Abandonada estoy sin tu presencia


Abandonada tu pecado te quiero


siento que desaparezco


y conmigo Tu Presencia



Cada día vivido contigo


se fue con tu último suspiro


¿Por qué enamoraste a la muerte


sabiendo que jugabas con tu suerte?



Pronto estaré contigo, mi amor


También pronto perderé mi calor


Arden las lágrimas en mi cara


Al no saber lo que me depara la vida



Lo justo sería morir como tú


Y no volver a gozar nada si no es contigo


pues fuste mi amante, mi mejor amigo.



Y ahora que te ha ido


¿Qué Se Supone que debo hacer?


no quiero sentir, no quiero querer


¿Como te digo que sin ti no sé vivir?


Eva Martínez

martes, 2 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS II

Ilusión perdida


Un amor perdido,
Ilusión perdida.
Un lamento, un grito,
Ilusión perdida.
Lagrimas sobre la almohada,
Ilusión perdida.

Mala hora de la parca,
Vida perdida.
Mala hora de la vejez,
Ilusión perdida.
Buena hora de mi hora,
Vida perdida.

Eimy Melissa Báez

lunes, 1 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS I

Y despierto y allí estás tú.
En el suelo, junto a mí,
Muy bonita, mas muy muerta.
No esperaste mi despertar,
Me dejaste solo, triste.

¿Cómo ha podido pasar?
Hace una hora estabas bien,
Ahora sólo no estás.
Como humo en aire, te marchas.
Hacia donde yo no esté.

Amada, vaina es de ti
Para ese malo puñal.
Mi corazón no lo quiero,
Quiero arrancarlo del pecho
Para ponerlo en el tuyo.

Aplicada, bella, lista,
Cariñosísima y buena.
Divertida, santa, fuerte.
Inocentísima y maja.
Y muerta has caído ya.

Casi no ha durado nada.
Poco hemos aprovechado
De este amor tan pasional.
Mucho hemos perdido ya,
Pues no lo quisimos antes.

Y te envidio, mi amada.
No me quedaré aquí
Sin tu calor junto a mí.
Ahora mismo te sigo,
Dulce y amada Julieta.


Javier Membrilla