lunes, 18 de junio de 2012

SOBRE GUSTOS ESTÁ TODO ESCRITO XLI


"Únicamente
me gustaría agregar
que los jóvenes no son marcianos
y que, como usted o como yo,
tienen una gran necesidad de saber, una necesidad de decir bien las cosas
y de decirse bien,
una necesidad de relatos que constituye nuestra especificidad humana.
Tienen una exigencia poética,
una necesidad de soñar,
de imaginar,
de encontrar... sentido,
de pensarse,
de pensar su historia singular de muchacho o de muchacha dotado
de un cuerpo sexuado y frágil,
de un corazón impetuoso y que duda;
de pulsiones y de sentimientos contradictorios
que integran con dificultad,
de una historia familiar compleja que muchas veces contiene lagunas.
Sienten
curiosidad por este mundo contemporáneo
en el que se ven confrontados a tanta adversidad,
y que les deja muy poco espacio.
Tienen también, como verán,
una gran necesidad de
ser escuchados,
reconocidos;
una gran necesidad de dignidad,
de intercambio,
de encuentro personalizado".
Michèle Petit

miércoles, 13 de junio de 2012

MORIR DE LIBROS, XIII



Las modernas ediciones de
bolsillo solían crecer cerca del baño, pues requerían de un grado de humedad
relativa mucho mayor al resto.
Los clásicos del siglo de oro,
con tapas gruesas
y hojas acartonadas, gustaban de los cajones más recónditos, sobre todo las
obras de Luis de Góngora, Lope de Vega y Calderón de la Barca. Los románticos
elegían la parte inferior del lavabo, donde podían recibir las vibraciones
misteriosas de las gotas de agua. Los ilustrados me causaban grandes problemas,
pues se alojaban bajo las patas de cualquier mueble, como si ya intuyeses para
qué iban a ser utilizados.

-o-o-o-o-



Para la mayoría de las personas,
la palabra sueño equivale a una ilusión que, de un modo u otro, es posible.
Solo los niños conciben los sueños como la mezcla de lo posible y lo imposible.
Durante la infancia soñamos con volar. Después solo soñamos con tener un
trabajo mejor, una casa en la plaza o un perro lanudo.
Las adolescentes
sueñan
con príncipes azules
que les hagan el amor apasionadamente
y que al mismo
tiempo sean padres de sus hijos.
Luego se conforman con un marido que no ronque
mucho cuando duerme y que no ponga el earball
a todo volumen en la televisión. Guardan entonces sus fantasías sexuales
para desconocidos que avistan en el metro o para un compañero que las ama
ocasionalmente los viernes a la salida del trabajo, en un hotel discreto de las
afueras. Es la crónica de lo posible. La literatura no se conforma con eso.
Quiere explorar todas las rendijas de lo real.
Y cuanto más improbables sean,
más le satisfacen.

selección de Rebeca Moreno



miércoles, 6 de junio de 2012

SOBRE GUSTOS ESTÁ TODO ESCRITO XL


Hoy ha fallecido Ray Bradbury, otro amante de los libros libres.

http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/2012/06/adi%C3%B3s-a-bradbury-el-salvador-de-los-libros.html


MORIR DE LIBROS, XII



“- Un libro, al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente, no
es un objeto como otro cualquiera. Es parte de nuestras vidas, y nos moldea
tanto como las experiencias que vivimos en la realidad. Sin saberlo, ya no
podréis concebir un día sin leer alguna página, y comentareis lo que les sucede
a los personajes como si fueran viejos amigos.”

selección de Mónica Santos

SOBRE GUSTOS ESTÁ TODO ESCRITO XXXIX



-Más delgado
–susurró el viejo gitano de nariz macilenta a William Halleck, cuando éste y su
esposa, Heidi, salían del juzgado.
Sólo dos palabras, emitidas con su
aliento dulzón y empalagoso.
-Más delgado.
Y antes de que
Halleck pudiera apartarse, el viejo gitano alargó la mano y acarició su mejilla
con un dedo contrahecho. Sus labios se ofrecían abiertos como una herida,
mostrando unos pocos dientes que sobresalían de sus encías. Eran verdes y
negruzcos. Su lengua se retorció entre ellos y luego se deslizó por sus
sonrientes y amargos labios.
Más delgado.

Maleficio, Stephen King

selección de Laura García de la Cueva

lunes, 4 de junio de 2012

SOBRE GUSTOS ESTÁ TODO ESCRITO XXXVIII



-Cantábamos
mientras se batía la comba sobre la arena con su latigazo sordo. Para entrar
había que estar atenta, anticipar el movimiento de la comba, la velocidad,
amoldándola al estribillo de la canción. Una vez dentro, una se sentía
despojada y tensa, como si cada uno de los latigazos de la cuerda se produjera
cerca de la boca o en el interior del estómago. Cada golpe era una vuelta al
mundo, inmediata y velocísima, que había que aceptar. Y también el juego del
escondite: nos agachábamos detrás del árbol y una se convertía un poco en
árbol; si no movía era invisible. Tenía que permanecer allí, arrodillada,
sintiendo en las rodillas los granos gordos de la arena del jardín que luego
dejaba su marca sobre la piel hasta que decían el nombre de una, y había que
salir corriendo para salvarse.
-o-o-o-o-
-Esa
manera de espiar
es el primer acto efectivo de amor de las niñas a Marina.
Ella
lo saborea como una comida preciosa; ahora debe ser fiel a ese acto de amor.
Como siempre, como cualquier acto de amor, también en éste hay una naturaleza
comprometedora y urgente, la obliga a encerrarse cada vez más en su decisión
para salvaguardar el amor que ha provocado. Si ese gesto se prolongara hasta el
infinito a Marina le sucedería lo que a muchos amantes; acabaría siendo esclava
más del gesto que del impulso que lo produjo, entonces estaría encerrada en el
gesto,
no vería mas que el gesto
y se obligaría
a su repetición.
-o-o-o-o-

Nada acerca tanto a dos seres como tener miedo juntos.
-o-o-o-o-

Todavía desnuda, inmóvil, antes incluso de que le pusiéramos
el vestido, la muñeca esperaría su rostro.

Allí se abriría la segunda puerta del juego, la que daba
miedo, porque quién sabe que hay detrás de esa puerta cerrada. Siempre se tiene
miedo allí. Se teme una especie de terrible aventura. Lo que llega, sin
embargo, es desconcertante.

Es necesario cerrar los ojos.

Se entra entonces como en un sueño.


-o-o-o-o-


No se está fuera, sino dentro de algo, por eso pueden
dejarse caer en ella los secretos. Se acercan los labios hasta su oído y se
susurra:

-Muñeca, yo...

Y entonces la muñeca se encoje emocionada, porque ahora sabe
el secreto, aunque no pueda decirlo.

Muñeca de brazos tristes, de
vestido azul, pobre cosa caída que sabes los secretos.

selección de Laura León y Yaiza Flores