miércoles, 31 de octubre de 2012

miércoles, 24 de octubre de 2012

LLOVIENDO PALABRAS II


Olas de Arena

A veces sus enfados me resultaban irritantes, no comprendía como podía ponerse así en nuestra situación. La arena irradiaba calor bajo nuestros pies, haciendo de ese lugar un horno incandescente que amenazaba con calcinarnos. El sol era una gran bola de fuego, como en la canción de rock.

-Apenas nos queda agua.

-No podemos permitirnos derrocharla.

-Tampoco iba a ponerme a hacer atletismo.

Seguimos caminando durante unas decenas de metros, el Sol empezaba a derrumbarse sobre el horizonte, dándole al desierto un ambiente mágico.

-¿Sabes dónde estamos exactamente?

-En la jo**da mitad de ninguna parte

-Exactamente.

Entonces lo vi. Un escorpión amarillo enorme que avanzaba vacilante hacia nosotros.

-Creo que tenemos otro motivo de preocupación.

Se escuchaban ruidos lejanos de posibles alimañas, que sonaban como las risas del diablo. Salía humo de nuestras cabezas por la evaporación del sudor y mi boca tenía el sabor del caucho.

De repente vi al escorpión sobre el pie de mi compañero a punto de asestarle su mortal aguijonazo.

-¡Cuidado!- grité.

Pero ya era demasiado tarde, el escorpión se fue entre las dunas, y Juan yacía sobre el suelo. Me arrodillé junto a él y lo sujeté entre mis brazos.

-Jeje, ¿sabes algo? Siempre quise ser escritor y vivir para contarlo.

Y murió entre mis brazos, en aquella fría noche en un mar de arena.

José luis Linares

domingo, 21 de octubre de 2012

SOBRE GUSTOS ESTÁ TODO ESCRITO XLIII


SEÑAL 5
me disuelvo en las mujeres
desaparezco para ser
cada una de ellas
 
veo mi mirada en esta
mi risa
en los labios de aquella
mis lágrimas
asoman a sus ojos
y por sus cuerpos
circula mi alma
 
se parecen a mí y yo a ellas
en ellas me reconozco
en ellas
me completo
y me divido
 

 

miércoles, 17 de octubre de 2012

18 DE OCTUBRE



Yo estudié en la pública y tú
 
¿dónde vas a estudiar?

MANIFESTACIÓN A LAS 18:30

de NEPTUNO a MINISTERIO DE EDUCACIÓN

jueves, 11 de octubre de 2012

LLOVIENDO PALABRAS I


     Anoche mis vecinos discutieron; casi siempre están enfadados, se pasan el día dando golpes y pegando gritos. Nadie sabe nada de ellos, son nuevos, viven al final de la calle en una casa algo antigua y bastante destartalada. Vivo en una urbanización donde somos muchos los vecinos que estamos intrigados por esa casa fúnebre de la esquina y sus respectivos inquilinos. Cuando llego del instituto siempre observo su puerta, sus listones de madera corroída, su jardín… Desde mi ventana, mientras escucho rock. Hace tiempo, vivía una chica que hacía atletismo, pero un día sufrió un gran golpe en la espalda que la dejó en silla de ruedas, terminando con su carrera. Fue hace muchos años, más de ochenta, cuando mi abuela era pequeña.
 
     Tengo mucho interés por esa casa y sus nuevos habitantes, por lo que salgo de mi casa en esta noche tan mágica. Hace mucho frío, exactamente dos grados bajo cero. Recorro la calle silenciosa e impetuosamente. Estoy frente la puerta de la vivienda. Tengo que darme prisa o si no mis padres notarán la falta de mi presencia y se preocuparán. Desde dentro del viejo hogar se escuchan algunas risas huecas que me ponen la piel de gallina. Tengo que abrir la puerta, me pica la curiosidad de descubrir quienes son mis vecinos, aun que prefiero dar dos golpes secos en la madera de pino. Nadie me abre, y decidida empujo la puerta. Asomo la cabeza por un pequeño espacio entre puerta y pared. Al final del pasillo, noto una blancura espesa, algo parecido a humo. Camino por el pasillo sin ningún tipo de iluminación. ¿Dónde están mis vecinos? Un sudor frío me recorre la espalda y mis manos no paran de moverse descontroladas. Siento un sabor agrio en mi lengua y mis ojos están inundados por el pánico. ¿Por qué debería tener miedo? ¿Será por el frío? ¿Será por lo lúgubre que parece la casa? En cualquier caso, busco desesperada una señal de vida. Subo a la segunda planta y me instalo en una pequeña sala llena de libros de numerosos escritores. Noto un empujón en mi espalda, un leve y gélido empujón que me sobrecoge e inmediatamente hace que me de la vuelta, pero ahí no hay nada.
 
     Estoy paralizada. “Venga muévete, hazlo, sal de este infierno”. Mis piernas reaccionan, pero se mueven lentas y pesadas. Mi corazón se acelera, la saliva se me hace un nudo en la garganta. Mis ojos han apreciado algo desconocido para mí, acaban de localizar a mis vecinos, los vecinos desconocidos de los cual nadie sabía nada, dos niños rubios asesinados por su padre en esa casa hace más de cuatro años. 
Esther González Bravo

miércoles, 3 de octubre de 2012

¿1984 o 2012?

 
La paz es la guerra.
 
La libertad es la esclavitud.
 
La ignorancia es la fuerza.

…si todos disfrutasen igual del lujo y del ocio, la gran masa de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas y empezarían a pensar por sí mismos; y si empiezan a reflexionar, se darían cuenta más pronto o más tarde que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabarían barriéndoles. A la larga, una sociedad jerárquica solo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia.

 -o-o-o-o-o-o-

El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas elegidas por ti. ¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando? Es lo contrario, exactamente lo contrario de esas estúpidas utopías hedonistas que imaginaron los antiguos reformadores. Un mundo de miedo, de ración y de tormento, un mundo de pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada día más despiadado.

 
http://www.filmaffinity.com/es/film716877.html