NI CONTIGO, NI SIN TI.
Preciosa, llena de miedo
para caer de ti, como inútil pétalo.
Mi voz muere en la tierra
y besaré tus labios con mi muerte próxima.
Pero, no es que muera de amor, muero de ti,
nos morimos, amor, muero en tu vientre.
Aunque, libre te quiero,
ni de Dios, ni de nadie
tan leve, tan voluble, tan ligera...
Y me duermo seguro de otra cosa,
el amor está en las carnes desgarradas por la sed,
yo, soy el sexo de los condenados.
Marina Berbel, 3ºB.
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