miércoles, 20 de enero de 2010

POEMAS PARALELOS XVI



Estaba el maestro caminando
con el libro melancólico y aflorado,
sin rencor ante la lírica burlesca.

Sentado el profesor aturdido,
con la mirada sosegada y cerrada
con la letra entristecida y en cursiva.

Dormían los otros cobijados
con la lectura aborrecida y dormida
sin amor ante los versos desintoxicados.

Nosotros,los empollones ,cogíamos apuntes
con el nudo introducido y envuelto,
de ardor en los ojos destellados

Al otro lado protestaba el niño susurrando,
con calor en sus labios vibrantes
y sin dolor ante las rimas consonantes.

MEYLIN ATENCIO

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