Cómo no hacer el cerdo en la mesa
Durante estos escasos minutos vamos a aprender las costumbres que hay que tener en la mesa, ya sea delante del rey, de tus amigos o de tu familia. Los modales son esenciales ya que es una de las miles de cosas que nos diferencian de nuestros antepasados los cavernícolas. Así que ahora, os explicaré lenta y detalladamente todo lo que debéis hacer para demostrar que la evolución de la raza humana es posible:
1. Lo primero y esencial es tener una mesa donde poder colocar una servilleta, que generalmente es de color blanco, un tenedor (eso con lo que la sirenita se peinaba), un cuchillo (similar a una navaja) y una cuchara (que identificaréis después de los anteriores).
2. La segunda cosa y no por ello la menos importante es tener una silla en la que poder sentarnos, porque si no de tanto inclinarnos hacia la mesa, en vez de la raza humana pareceremos camellos de las jorobas que nos saldrían.
3. Una vez que nos hayamos sentado en la mesa es la hora de la verdad. Si de primero tenemos algo líquido en el plato, debemos utilizar la cuchara, que cogeremos con la mano derecha (en el caso, claro está, de que seamos diestros). Introduciremos la cuchara en la sopa con un movimiento suave y sin sacar nada del plato. Mientras nuestra espalda forma un ángulo de noventa grados, acercamos la cuchara a la boca (y no al revés), creando con el brazo un nuevo ángulo de unos ciento veinte grados perpendicular al tronco de nuestro hermoso cuerpo. Lo más simple viene ahora, abrimos nuestra boca y comemos lo que está en la cuchara (¡¡solo eso!!).
4. El segundo plato se complica un poco. Debemos utilizar el cuchillo y el tenedor si no queremos quedarnos con hambre. Pongamos el caso de que tenemos un estupendo filete: bien, debemos coger el tenedor con la mano izquierda y el cuchillo con la derecha. El cuchillo se encargará de hacer que el filete entre y sea masticable para nuestra pequeña boca, así que debemos mover la mano para adelante y para atrás, situando el cuchillo en el filete, claro está. Una vez que hemos cortado ese delicioso trozo de filete, repetimos el proceso de formar los dos ángulos que hicimos con la cuchara y lo llevamos a la boca para poder degustarlo.
5. Y por último tendremos ese magnífico postre que a todo el mundo gusta. Para ello se suele utilizar una cuchara más pequeña que la que hemos utilizado para el primer plato. Bien esto es muy sencillo. Cogemos la cucharita con la mano derecha, cogemos el alimento que tengamos en el plato, formamos los ángulos y nos lo llevamos a la boca. Degustamos y una vez finalizado todo esto, nos limpiamos con la servilleta (en los platos anteriores debemos de hacer este mismo proceso cuando notemos que tenemos la boca sucia).
Después de seguir estos pasos seréis unos expertos en el arte del comer, solo me queda decir que todo lo que tenemos que masticar se hace con la boca cerrada, ya que no queremos ver como masticáis los alimentos y la saliva lo hace un bolo alimenticio.
¡BUEN PROVECHO!
PAULA ORDAZ
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