EL OLVIDO
El olvido huele a tabaco, a unos grandes habanos, a una colilla abrasada, huele a porro, a marihuana.
Su color es inexplicable, una mezcla caótica de tonos cálidos y fríos.
Un color tan horrible, que llega a ser inimaginable.
Su sabor, a veces de una agradable y dulce fresa y otra veces sabe a alambre, a oxido…a…dolor.
Un tacto húmedo y a la vez seco.
Un tacto espinoso y a la vez liso.
Un tacto áspero y a la vez suave.
Un son desagradable, un son melancólico, un son arrítmico.
Con un paisaje oscuro, lleno de insectos, monstruos y serpientes.
Y con la esperanza de poder llegar al fondo verde que se ve a lo
lejos…cuando…alguien te recuerda.
EIMY MELISSA BÁEZ
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