SALTA UNA ALARMA
Sentado ante mi mesa de trabajo, intentando que la inspiración llegue a mí para escribir un microrrelato, observo un mapa de carreteras que han olvidado mis padres abierto, venas y arterias de la geografía con nombre que te hacen recordar cosas aprendidas: Berceo, San Millán de la Cogolla. Puff, ¡qué aburrimientoo!, miro por la ventana, la alarma de un coche suena, alguien intenta abrirlo, gente de las tiendas cercanas salen a fisgonear, se arremolinan, sonrrien y cuchichean, ¡qué emoción, un robo bajo mi ventana!, la abro, me asomo para observarlo mejor.
¡Qué vergüenza! Son mis padres, es nuestro coche, la cerradura se ha vuelto a estropear.
Pablo del Río Fernández.
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