Cuando menos te lo esperas,
las cosas se te escapan de las manos
como la arena del mar.
Por una tontería sin importancia,
las cosas se te tuercen
y no hay manera de enderezarlas.
Quién diría que por una discusión tonta y absurda,
esa felicidad que tanto anhelaban y deseaban experimentar
se fue convirtiendo en tristeza y disgustos.
Sus ganas de aferrarse al amor
se fueron marchitando como las flores en invierno,
como un enfermo sin cura.
No resistieron ese dolor y se fueron de la vida
angustiados y penados por el amor,
por ese que tanto lucharon y no funcionó
María del Romero Redondo
las cosas se te escapan de las manos
como la arena del mar.
Por una tontería sin importancia,
las cosas se te tuercen
y no hay manera de enderezarlas.
Quién diría que por una discusión tonta y absurda,
esa felicidad que tanto anhelaban y deseaban experimentar
se fue convirtiendo en tristeza y disgustos.
Sus ganas de aferrarse al amor
se fueron marchitando como las flores en invierno,
como un enfermo sin cura.
No resistieron ese dolor y se fueron de la vida
angustiados y penados por el amor,
por ese que tanto lucharon y no funcionó
María del Romero Redondo
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