lunes, 9 de noviembre de 2009

KAFKAMONÍAS V



UNA PESADILLA HECHA REALIDAD

Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana de su inquieto sueño, se encontró en la cama convertido en un insecto gigante. Se horrorizó al ver que sus brazos no eran brazos, sino unas gigantescas patas peludas al igual que sus piernas. Se levantó rápidamente a mirarse al espejo, y ahora sí que se le vino el mundo encima. Se había convertido en lo que más odiaba, una gigantesca y asquerosa araña. ¿Qué iba a hacer? Si salía a la calle a buscar ayuda la gente lo repudiaría, o peor, correría el riesgo de comerse a alguien, pues desde que se había levantado tenía unas ansiosas ganas de comer carne humana. Intentó buscar el por qué había sufrido esa trasformación. La noche anterior había estado experimentando en su laboratorio para crear un antídoto contra un veneno mortal. Tenía que ser eso. Llamó a su hermana, que era científica al igual que él, para que le ayudara. Quedaron en encontrarse en la sala de experimentos donde su hermana trabajaba. Tomaron la precaución de enjaularle y encerrarle de tal forma que no pudiera escapar, pues Gregorio no quería que su hermana sufriera ningún daño. Llevó un rato conseguir la fórmula exacta, la cura perfecta para Gregorio, pero finalmente dieron con ella. Gregorio durmió encerrado con su forma de araña gigantesca, y al salir el sol su cuerpo comenzó a sufrir una trasformación. Al despertarse se descubrió en su forma humana y se alegró al saber que todo había vuelto a la normalidad. Pero no, no para desgracia de los demás. Pues se dice que ahora nadie duerme tranquilo en la ciudad; y es que resulta que cada día amanece en la Plaza del pueblo el cuerpo inerte de un inocente ciudadano envuelto en una blanca y enorme tela de araña.
Eva Hernández

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