COMUNICADO INESPERADO
Yo siempre he estado cerca de la muerte. Soy una de las extrañas personas que desde pequeño veía a los muertos que no habían encontrado su camino. Nunca nadie me ha creído, mi familia me dejó solo a los 3 años, y he dedicado toda mi vida a ayudar a los espíritus en todo lo que puedo.
De esta forma se describe toda mi vida hasta hace unos días. Nunca me había pasado y no entendía por qué me ocurría algo parecido. Aparece un espectro idéntico a mí pidiéndome ayuda, pero, sin embargo, yo estoy aquí viviendo mi complicada existencia, no lo podía entender. Me guiaba en un largo camino a una casa antigua, abandonada, pero no me decía nada. Un día me decidí a entrar y descubrí el diario de una mujer, mi madre. Me llamó la atención aquel 10 de marzo de 1969, el día que decidieron abandonarme y mudarse de casa para empezar una nueva vida. Descubrí en el diario la nueva residencia de mi familia y allí me presenté. Mi padre había muerto y mi madre arrepentida del pasado me comió a besos. Me comunicó que tenía un hermano que había muerto hace una semana, un hermano gemelo. Según mencionó mi madre, dedicó toda su vida a intentar buscarme y unir de nuevo la familia; lo que ella no sabe es que lo había conseguido.
Adrián Fernández Vega
Yo siempre he estado cerca de la muerte. Soy una de las extrañas personas que desde pequeño veía a los muertos que no habían encontrado su camino. Nunca nadie me ha creído, mi familia me dejó solo a los 3 años, y he dedicado toda mi vida a ayudar a los espíritus en todo lo que puedo.
De esta forma se describe toda mi vida hasta hace unos días. Nunca me había pasado y no entendía por qué me ocurría algo parecido. Aparece un espectro idéntico a mí pidiéndome ayuda, pero, sin embargo, yo estoy aquí viviendo mi complicada existencia, no lo podía entender. Me guiaba en un largo camino a una casa antigua, abandonada, pero no me decía nada. Un día me decidí a entrar y descubrí el diario de una mujer, mi madre. Me llamó la atención aquel 10 de marzo de 1969, el día que decidieron abandonarme y mudarse de casa para empezar una nueva vida. Descubrí en el diario la nueva residencia de mi familia y allí me presenté. Mi padre había muerto y mi madre arrepentida del pasado me comió a besos. Me comunicó que tenía un hermano que había muerto hace una semana, un hermano gemelo. Según mencionó mi madre, dedicó toda su vida a intentar buscarme y unir de nuevo la familia; lo que ella no sabe es que lo había conseguido.
Adrián Fernández Vega
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