Hablabas desde el centro del amor
como un muro que se derrumba
como si nunca hubiera sido tuya.
Llenabas de palabras mi locura
arrastrabas mis tímidos pasos desorientados
y entre la luz íbamos ciegos:
esa música frágil era tu nombre.
En esta cama donde el sueño es llanto
recibo el recuerdo como una lenta lluvia de avellanas
y por todas las veces en que no pudimos
si solamente me tocaras el corazón
-aunque noche mucho más noche-
el amor ya sería un hecho.
Literosa b
Triste es el territorio de la ausencia
propagando armonía
entre mis pestañas y las nubes grises.
Aquí empieza la historia, fue una tarde,
besabas como si fueras a comerme,
nos queríamos de amor entre los labios,
tu risa me hacía libre,
¿a dónde se me ha escapado?
Vivir es morir, nada se aprende.
Por lo visto es posible decir no.
Queda quizás el recurso de andar sola
entre grandes estrellas de escarcha.
Literosa d
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