lunes, 18 de noviembre de 2013

REFRANERO IMPOPULAR II

 
Ese sentimiento rebelde que nace del paraje más escondido y profundo de tu pecho sin que tú le des permiso y te hace olvidar el significado de la palabra antiguamente inventada llamada compartir, desear todo lo que observas con tus ojos en la caja de metal en la que se suceden una tras otra imágenes, devorar con tus incisivos y caninos el último dulce esponjoso que reposa sobre el utensilio plano de cerámica en vez de permitir que acabe con su existencia en este mundo esa persona con la que compartes la misma sangre y rellenar hasta la última unidad mínima de medida de esa superficie que comparte el mismo color que las nubes y esta fabricada con celulosa de aquellos seres que nos proporcionan oxígeno cuando de pequeños dibujábamos caracteres que en nuestra lengua significan algo para que posteriormente lo descifrasen tres señores que recorrían el globo terráqueo en camello la sexta noche del año para dejarnos la recompensa del que había sido nuestro comportamiento durante los trescientos sesenta y cinco días anteriores, con los segundos, minutos, horas, días y semanas terminará por formar una distancia superior a cero entre las fibras que dan resistencia y forman el compañero perfecto e inseparable de esa personalidad famosa que nos causaba temblores y sudores fríos cuando aun no alcanzábamos los juguetes de la estantería y nuestra madre nos advertía de que nos separaría de nuestro mueble acolchado en el que descansábamos si no cerrábamos nuestros órganos oculares y nos dejábamos llevar por ese estado perteneciente al dios Morfeo.

Marina González Beas 3ºD

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