martes, 20 de noviembre de 2012
martes, 13 de noviembre de 2012
lunes, 12 de noviembre de 2012
sábado, 10 de noviembre de 2012
jueves, 8 de noviembre de 2012
SOBRE GUSTOS ESTÁ TODO ESCRITO LIV
“¿Has oído aquella historia sobre
un piojo de ciudad y un piojo de campo que reencuentran en la carretera? El
piojo de ciudad pregunta: “¿Entonces, hermano de campo, hacia dónde te diriges?”.
El piojo de campo le dice: “A la ciudad ¿y tú?”. “Voy a buscar algo para
comer”. “Olvídalo. Yo voy a la ciudad a buscar comida”. Cuando el piojo de
ciudad le preguntó por qué, le dice: “En el campo lavan la ropa tres veces al
día y si no encuentran nada, la golpean con un palo y lo que sale se lo meten
en la boca. Si no nos golpean hasta la muerte acaban por comernos. He podido
escapar vivo porlos pelos”. El piojo de campo relató entre lágrimas su
desdichada historia. El piojo de ciudad lanzó un suspiro y dijo: “Estaba
convencido de que las cosas irían mejor en el campo que en la ciudad. Nunca
pensé que las cosas estuvieran tan mal. En la ciudad todo el mundo viste de
seda y satén, una capa tras otra. Lavan la ropa tres veces al día y se cambian
cinco veces. Nunca veo ni un trocito de carne. Si no nos mata el acero, lo hará
el agua. He escapado con vida por los pelos”. Los dos piojos lloraron el uno
sobre el hombro del otro durante unos instantes y, cuando se dieron cuenta de
que no tenían dónde ir, saltaron a un pozo y se ahogaron.
Jinju se moría de risa.
̶ Papá, te lo acabas de inventar.
Con el sonido de la risa de su
hija en sus oídos, Cuarta Tía se sorbió la nariz y engulló un piojo,
apesadumbrada por los recuerdos de los días felices.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
LLLOVIENDO PALABRAS III
LAS COSAS CAMBIAN.
Ya eran demasiados enfados seguidos, no aguantaba más. Cada día llegaba a mi casa llorando, triste y sin ganas de nada.
Esto tenía que acabar ya, así no podía seguir. Mi único medio de desahogo era tumbarme en mi cama, ponerme los cascos y comenzar a escuchar algo de rock. Es un tipo de música tan agresivo, que solo al escucharla me transmitía tranquilidad.
Por las tardes iba a mi clase de atletismo, allí los problemas cada vez eran más y más grandes. Ya no podía más, a partir de ahora las cosas iban a cambiar, yo iba a cambiar. Ya no iba a ser esa chica amable, buena y mágica, ahora iba a ser borde con quien lo merecía, mis sonrisas iban a ser regaladas a aquellas personas que eran imprescindibles para mi felicidad, lo que se podría decir; exactamente mis amigos.
Ya no quiero ser esa persona que se preocupa por cada amigo, que en realidad no se puede llamar así, amigo es una persona que está en las buenas y malas decisiones y estaba claro que tú no lo eras.
¿Dónde se quedaron esas risas, esos abrazos y esos consejos que nos dábamos?
Esas sonrisas con sabor a felicidad, nos transmitíamos todo con una mirada, me demostraste todo con simples palabras.
Todo acabó cuando usabas tus instrumentos, tus ayudas para solo molestarme más. Cuando dijiste que no, que no te hablará más, conseguiste hundirme y hacer de mi una persona más fuerte.
Y descubrí que otro de mis medios de desahogo era el poder escribir.
PD; gracias por hacer de mí, una persona más fuerte.
Andrea Domingo.
martes, 6 de noviembre de 2012
domingo, 4 de noviembre de 2012
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