viernes, 29 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS XII


´´ Yo no maté a mi padre, pero a veces me sentía como si hubiera contribuido a ello ´´ desde un día que me marché de casa con dieciocho años. Le dije que ya no era mi padre, que había muerto por mi parte y que no quería saber nada mas de él .Me fui a casa de mis abuelos hasta que encontrara algo para irme de ahí ,un pisito o algo ,y mi familia ,madre y hermano se quedaron con ese hombre que decía que era mi padre. Desde un par de días aquel hombre (mi padre) empezó a enfermar, no quería comer estaba deprimido y con ganas de morirse ,eso decía. A las dos semanas, por la mañana mi madre se levantó porque no trabajaba y se quedaba cuidando de él. Le llevó el desayuno a la cama como siempre y lo llamó un par de veces y no se despertaba, estuvo casi 5 minutos sin respirar ,mi madre preocupada llamó lo más rápido que pudo a una ambulancia .Todo esto pasó a los 5 minutos de llamar yo desde la casa de mis abuelos preguntando qué tal estaban ella y mi hermano. Mi madre no quiso decirme que estaba muy malo mi padre. Mi madre y mi hermano lo mantuvieron en secreto solo lo sabía la familia de mi madre .
La abuela de un amigo mío estaba hospitalizada en el mismo hospital que mi padre, fui a acompañar a mi amigo para que viese a su abuela que la pobre estaba muy mala ,cuando nos fuimos me fijé en una habitación, algo me llamaba la atención de aquella habitación, pasé por el pasillo hasta aproximarme a la puerta y le vi, a aquel hombre que fue mi padre enganchado de máquinas en el cuerpo. Fue sentir mi presencia y darle un infarto ,una máquina avisó a los médicos que algo no funcionaba bien en aquella habitación ,vinieron corriendo a auxiliar a mi padre. Me fui con mi amigo ,me fui por que él ya no era nada mío ,pero a pesar de todo sentía algo y no lo podía ver así de esa forma. Mi amigo notó que algo me pasaba por los rasgos de tristeza que tenía .Me llevó a casa de mis abuelos ,y ellos me notaron que algo me pasaba y me preguntaron que qué me pasaba y yo respondí que nada ,me encerré en la habitación y me quise dormir pero no podía ,cuando cerraba los ojos le veía a el ahí tumbado con más de diez maquinas enganchadas en el cuerpo ,pasé la noche en vela esperando a que llegase la primera hora de visita para ir a verlo .Llegó la hora y me vestí y fui para el hospital para verlo ,llegué y me dijeron que ya había alguien en la habitación me imaginé que era mi madre y la llamé ,estuvimos hablando de todo lo que había pasado y quedamos en que ella se bajaba y yo subía para verlo .Entré en la habitación y el estaba dormido ,notó que yo estaba allí y abrió los ojos y me susurró con voz muy baja que ya no podía más con su vida ,hijo ,y yo le respondí ,¿qué quieres padre?
Mi padre suspiró con una pequeña risa y su corazón se paró y con él mi alma.

Adrián Ballesteros

jueves, 28 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS XI


Hoy en esta isla había ocurrido un milagro. Habíamos naufragado en una isla y pensábamos que no iba a haber comida ni agua para poder sobrevivir, pero entonces, al adentrarnos en la selva de la isla, vimos de repente unos grandes árboles donde había cocos y piñas.
Al cabo de caminar mucho, vimos unos grandes lagos, todos gritamos a la vez ¡Estamos salvados! Entonces se acercó alguien por detrás de nosotros, una persona que llevaba muchos años viviendo en esa isla y se la conocía bastante bien, conocía los sitios para poder estar a salvo de todos los animales y llevarnos a un lugar para poder descansar sin peligro de que nos atacara algo o alguien, y nos proporcionó comida, el hombre tan amable nos dio su cabaña que había construido con acero a prueba de animales. A la mañana siguiente fuimos a buscar comida, encontramos cocos y piñas, el señor nos dijo que sabía tanto porque se había criado en esta isla, naufrago de pequeño yo le pregunté:
“¿Y tus padres?” Él dijo que ellos se pudieron salvar, nosotros conmovidos por esa terrible historia le dijimos que le ayudaríamos a volver a su hogar. Él, emocionado, aceptó, y se pusieron en marcha para salir de esa isla, entonces dijeron que iban a hacer una señal de humo para que cuando un helicóptero o algo se acercara por ahí y les recogiera. Al cabo de unas horas oyeron un ruido que se acercaba, entonces encendieron la mecha. El helicóptero la vio y bajó ¡Estaban salvados! Los niños le dijeron al piloto que querían que le llevara a Madrid, cuando llegaron fueron a la casa del señor y cuando tocó la puerta, sus padres les reconocieron, sin pensárselo dos veces le abrazaron, estuvieron 2 minutos muy emocionados. Entonces los niños dijeron que era su hora de irse, ellos también querían ver a sus padres. Cuando llegaron, todo el mundo les recibió con los brazos abiertos era muy emotivo, les hicieron una fiesta de bienvenida se lo pasaron de maravilla. A partir de ese momento nunca se separaron de sus padres y aprendieron lo duro que seria vivir sin ninguna ayuda.

Alejandro López

miércoles, 27 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS X


Por donde piso crece la hierba.


¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco?.
Mi forma de ser es así y más en esta situación en la que no encuentro a mi hijo, temo por su vida, por eso estoy de esta forma.
Mi hijo se llama Pedro y tiene unos quince años de estatura, es alto.
Me gustaría saber si ustedes me podrían ayudar a encontrarlo, lo perdimos en un bosque el otro día de acampada,
dijo que se fue a dar una vuelta y no regresó, por favor ayúdenos, tenemos miedo de lo que le haya pasado.
Entonces él y sus amigos se pusieron en su busca por el sitio en el que acamparon,
estuvieron en búsqueda suya todo el día, mientras había sol al oscurecer se irían
para recobrar energías para el siguiente día seguir su búsqueda pero a media noche,
se oyó un grito procedente de la montaña donde se había perdido. Enseguida llamaron a todos
en la mitad de la noche. Fueron a ver qué pasaba y cuando llegaron se quedaron alucinados.
No daban crédito a lo que estaban viendo, su hijo estaba en pelea con un gran oso.
El hijo le dio órdenes a su padre de no disparar. Hizo una técnica muy rara al oso y este se
Tranquilizó. El padre le preguntó por lo ocurrido y él dijo que se perdió y que se cayó a un lago que brillaba
y dijo que después de eso la hierba crecía por donde pisaba, los animales le hacían caso y podía hablar con ellos.


Iván Juárez

martes, 26 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS IX


¡Es cierto! Siempre he sido nerviosa, muy nerviosa, terriblemente nerviosa. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loca?
Según la RAE, la palabra loca se atribuye a una persona que ha perdido la razón, o para que lo entendáis, una persona imprudente, disparatada.
Pero para mí no es nada del otro mundo, es más, pienso que sin esas pequeñas locuras que hacemos todos los días, nunca podríamos ser felices.
No hablo de coger una pistola e ir atracar el banco más cercano... Tampoco de cosas como enfadarme y ponerme a dar patadas a todo lo que se cruza en mi camino, sino a dejar de cepillarme los dientes un día antes de ir a dormir... De llegar a casa media hora tarde o ponerme a gritar la canción más alegre que he escuchado nunca en medio de la calle y cuando la gente se me quede mirando pensando exactamente lo que vosotros, poder decir con la cabeza bien alta... ¡Sí, estoy loca! Pero no existe nadie más feliz que yo en el mundo. Me gustan las locuras, qué le voy hacer. Y si por mis diminutas maneras de ser feliz, ustedes piensan que estoy loca ¡sí! Estoy para que me encierren en un manicomio con una camisa de fuerza. Pero os aseguro, que eso no va a impedir que en la comida me eche más ketchup del que debería... Que siga sonriendo y pensando en que las mejores personas, las que para mí significan algo, están locas porque como dicen en la película de Alicia y las maravillas, las mejores personas lo están.

Beatriz Ruiz

lunes, 25 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS VIII



El día que me hice shinigami.

El primer fantasma apareció el día en que murió la abuela, en el hospital. El día del entierro vi otro más pero este no era muy normal, llevaba una máscara con forma de calavera. Este otro tenía un cierto resentimiento contra los humanos, se puso a destruir el cementerio, nadie lo veía, yo era el único. Yo me quedé asustado, no sabia qué hacer ante tal masacre. De repente apareció una mujer de pelo castaño, aparentaba tener 23 años, llevaba una katana y estaba mirando fijamente al monstruo. Era raro, ya que nadie lo podía ver. Desenvainó la katana e hizo desaparecer al monstruo, le pregunté a un señor si la conocía pero me contestó que ‘’¿A quién?’’. Cuando me volví para señalarla ella yo se había ido, cuando llegué a mi casa subí a mi dormitorio. Me tumbé en la cama ya que estaba cansado de todo el día. Entonces entró aquella mujer de un salto por la ventana, ella no se percató de una cosa que yo podía verla, le dí una patada en la espalda porque no me hace gracia que entre en mi habitación sin mi permiso. Ella se extrañó de que pudiese verla dado que ella era otro espíritu. Me lo explicó todo, dijo que ella era un shinigami y que fue enviada para proteger este mundo de estos monstruos. Se escuchó un estruendo, venía del piso de abajo era otro monstruo, entonces ella corrió abajo y yo la intenté seguir, pero me inmovilizó con un conjuro, pero aun así bajé, y vi que estaba atacando a la shinigami pero era demasiado fuerte para ella, asi que cayó ensangrentada. Aún vivía pero estaba débil, me dijo que si me atravesaba con su espada me convertiría en un shinigami para ayudar a mi familia. Lo hice, conseguí una espada enorme y me cargué a ese bicho. Al día siguiente continué haciéndolo ya que la tenía que ayudar, Al final se dio la vuelta a el asunto y matar monstruos se me hizo algo normal.

DR. El lobo solitario.

domingo, 24 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS VII



Mala Suerte Juan

¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? Gritaba sin ningún sentido asustado sin saber dónde estaba. Por la puerta entró un hombre alto con unos 50 años y una bata blanca que poseía una chapa con el nombre de Nico, pero lo que me asombró era una cicatriz que tenía en medio de su cabeza sin pelo y reluciente como una bombilla. Me habló con un gesto de caricatura preguntándome: ¿ya te has despertado? Asistí con una sonrisa de bobo, como si supiera cuál era mi situación. ¿Bueno podrías decirme tu nombre? Me preguntó el hombre, sí claro ¿pero quién eres? Soy el doctor Nico, me encargaré de usted, contestó. ¿Doctor? Me pregunté a mí mismo. Qué hago en el hospital. Le contesté a su pregunta. Me llamo Juan. Bueno, Juan ¿cuántos años tienes? Tengo 35 años le contesté. En voz baja como si fuera para sí mismo, pude escucharle diciéndose: qué pena. Entonces caí en la cuenta, estaba en el hospital seguro que cuando dormía tuve un accidente de coche y… mi hija, mi mujer, ella era la que conducía, ¿dónde están? dije a Nico. El doctor contestó: no, tu mujer e hija están... pero… se calló y no terminó la frase. Se escuchó una voz grave y altísima, pero deliciosa para mis oídos diciendo: tu mujer e hija están bien hijo mío, tú eres quien está… Me asusté mucho apareció una persona entrando, cubierta de una luz hermosa y a la vez me sorprendió. Me dijo con una dulzura aquel hombre altísimo, hola Juan, soy yo, Dios.

Héctor Sánchez

sábado, 23 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS VI


Hoy en esta isla, había ocurrido un milagro, no sé cómo ni por qué, pero había ocurrido. Aquella luz penetrante destrozó mis ojos pero el sentimiento que provocó en mí fue de alivio, satisfacción, alegría y nostalgia por todo aquello que iba a dejar, pero que tanto me hizo perder y me hizo sufrir hasta el punto de querer quitarme la vida. Eso a lo que me refiero, esta isla maldita, o debería decir aquel maldito vuelo que cogí con tanta ilusión y que dejé con tantísima desilusión, miedo, agonía. No obstante esta maldita isla me ha enseñado a aprender a confiar en mí misma, me ha enseñado lo importante que es aprender a sobrevivir en un ambiente totalmente distinto al que estás acostumbrado, en definitiva, me ha enseñado mucho, pero vivir en una isla desierta durante más de 40 días no es forma de vivir. Aquella luz que se dirigía a mí a la velocidad de la luz, me sacaría de este infierno, me llevaría al paraíso para no despertar jamás.


Sandra Agulló

viernes, 22 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS V


Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi nombre es Sofía Páramo y estoy buscando a mi padre. Yo vivía en un pueblecito a las afueras de Córdoba con mi madre y mis dos hermanos mayores. Cuando cumplí 18 años decidí ir en busca de mi padre, que según nos había contado mi madre se fue cuando yo era muy pequeña. Tras emprender un largo viaje y tras hacer varias paradas en distintos países llegué a Comala. Apenas llevaba suficiente dinero para sobrevivir mucho tiempo. Pasados unos días encontré un restaurante en el que necesitaban camarera. Con ese sueldo pude sobrevivir varios meses más. A los dos años me casé con mi actual marido y dueño del restaurante y con él formé mi familia. Hoy, 18 de octubre de 2010, seis años más tarde, me encuentro en el cementerio. Por fin he encontrado a mi padre, aunque no como me gustaría. Murió haciendo lo que más le gustaba, navegar. Me hubiera gustado conocerle mejor pero no me puedo quejar. He colocado unas flores encima de su foto con una tarjeta que dice: me alegra encontrarte. Te quiero papá.

Lara Alberca

jueves, 21 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS IV


Hoy en esta isla, había ocurrido un milagro. Nos pareció ver como un barco se acercaba a nosotros y en ese momento experimentamos una extraña sensación de alivio, porque sabíamos que ese barco nos iba a salvar de aquella extraña isla. No parábamos de agitar los brazos y de gritar, observando como aquel milagro se acercaba a nosotros. Entonces, empecé a recordar todo lo que nos había sucedido en aquel pequeño fragmento de tierra. Aunque habían pasado unos dos años en ese sitio lleno de vegetación, me acuerdo de la primera sensación que tuve al no saber dónde me encontraba y el frío que se me calaba hasta los huesos en aquellas primeras noches de invierno. Pensando en aquellas cosas que me sucedieron en la isla, aquel barco, que antes se veía con mucha dificultad, empezó a verse cada vez más cerca, hasta tal punto que el barco se puso casi encima de nuestros pies. El capitán del barco nos dijo que nos subiéramos al barco, la pesadilla había acabado.


Sergio Sánchez

miércoles, 20 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS III


El primer fantasma apareció el día en que murió la abuela, en el hospital .El fantasma está deambulando por los pasillos del hospital me hizo como una señal de que le siguiera y yo, pensando que era una persona normal, le seguí y paró en una habitación, la 213; cuando le vi de cerca, su rostro pálido y frío, le intenté preguntar cuando desapareció.
Esto se fue repitiendo día tras día cuando me encontraba solo. No podía dormir sabiendo que había alguien detrás, fantasmas que me seguían donde fuese, tenía miedo. Cada vez que estaba solo bajaba la temperatura y hacía frío porque sabía lo que me esperaba. Fui a médicos, psiquiatras, pero nada: seguían viniendo .Un día, de repente, cuando dormía, o por lo menos lo intentaba, (yo intentando pensar que era un sueño) oí algo. Era una voz, era la de mi abuela, decía que los escuchase que no huyese, y que fuera donde empezó todo. Intenté verla, pero era demasiado tarde ya no estaba.
Fui al hospital a la sala 213. Estaba cerrada. Oí algo (yo intentando pasar hasta que al final lo conseguí) al final entre y vi al hombre, al que empezó todo y me dijo: aquí me mataron, como a ti.

David Sánchez

martes, 19 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS II


Crimen nocturno

Yo no maté a mi padre, pero a veces me siento como si hubiera contribuido a ello. No me acuerdo bien de lo que había hecho la noche en la que mi madre se encontró a mi padre muerto en el sillón de mi casa. Esa noche me acosté tarde, cuando mi madre se había ido a la cama, yo me quede sola con mi padre en el salón. No duré mucho más, así que al poco tiempo me fui a dormir. Fue al día siguiente cuando me contó mi madre, histérica, lo sucedido. Después llamaron a la puerta de mi casa cuando esperábamos a que vinieran a llevarse a mi padre, era la policía, tenían que llevarme a la comisaría y meterme en un centro de menores porque había matado yo a mi padre… ¿cómo era posible?, no podía recordar nada de todo aquel horror, hasta que finalmente me di cuenta de lo ocurrido: yo misma había cometido el crimen mientras estaba sonámbula.


SANDRA GARCÍA.

lunes, 18 de octubre de 2010

RECOMENZAMOS I

Recomenzamos, porque esto no deja de ser un nuevo comienzo con nuevas ilusiones y nuevos escritores. Y recomenzamos, porque vamos a encontrar nuevos finales para antiguos comienzos. Y recomenzaremos siempre hasta conseguir el mejor final posible ¿o no?

UN ACCIDENTE, UNA CULPA.


Yo no maté a mi padre, pero a veces me sentía como si hubiera contribuido a ello. Hace dos semanas salí de mi casa por la puerta trasera. En mi interior notaba como un puñal atravesaba mi pecho, el mismo puñal que mi padre sintió dos minutos antes de su muerte. Entonces recordé aquel verano del 97, mi padre me llevó al lago que rodeaba la casa rural de mi abuela.
Una noche, antes de la cena quería encontrarme con Marcos, un amigo de toda la vida, comencé a recorrer todos y cada uno de los escondites que la orilla del lago escondía. Con un poco de suerte encontré su barca rota, desgastada por las pequeñas olas que surgían de la nada. Me senté en nuestra roca y, tras varios minutos, noté cómo alguien se acercaba a mí, no me atreví a mirar. Me dieron una palmadita en la espalda y antes de darme la vuelta comencé a chillar, solo pude ver el puñal que Marcos clavó en el pecho del hombre. Marcos pensó que aquel hombre quería hacerme daño, aquél hombre solo quería avisarme de que la cena estaba hecha.

Alba Cardo