domingo, 28 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO VII

MUERO POR TI

El tiempo ha pasado y regresas a mi memoria,
ni vivimos del pasado, ni dimos cuerda al recuerdo.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido.
¡Cuantas veces te sigo esperando!

Como muros que se derrumban,
hablabas desde el centro, del amor eterno.
Frescos y cordiales eran los labios besados,
cuya música frágil es ahora tu nombre.

Sufren por la luz, labios azules en la madrugada,
en esta cama donde el sueño es llanto,
donde noche mucho más noche;
el amor ya era un hecho.

Entonces éramos nosotros;
no tú, no yo, éramos los dos.
Y por todas las veces en que no pudimos,
no es que muera de amor, muero por ti.

Ana Molina Pineda

sábado, 27 de febrero de 2010

POEMAS PARALELOS

EL OLVIDO

Aunque no salga el gorrión de su armario.
Aunque no duerma el gorrión en su cama.
Aunque no viva el león en el parque como un niño.
Aunque no caiga la lluvia en las estrellas.
Aunque no exista la luna en el techo.

Mis pensamientos conseguirán salir de tus presas.
Mis pensamientos conseguirán escapar de tus manos.
Mis ojos conseguirán cambiar su camino.
Mis pies conseguirán cambiar su mirada.

A pesar de tu sonrisa soñadora.
A pesar de tu aroma de flores frescas.
A pesar de tu mirada de amapolas posando sobre mí.

ÁNGELA GAMAZO

viernes, 26 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO VI



fue una tarde

¿A dónde te me has escapado,
Como sueño vivido hace ya mucho tiempo?
El tiempo ha pasado y vuelves a mi memoria.
Cuando ya sin dolor no había ilusión,
quedó quizá el recurso de andar sola.
Tu presencia me hacía libre.
Eres el mejor recuerdo de unos días.
Besabas como si fueras a comerme.
Me gustaba cuando dormías,
porque estabas como ausente.
Con un pincel de luz cerraba tus ojos,
confundiendo los días y las noches.
Propagabas armonía entre mis pestañas y las nubes.
No es que muera de amor, muero de ti.
¡Eres un buen momento, ahora, para vivir!

Sandra Jaén

jueves, 25 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO VI



En las noches como esta la tuve entre mis brazos
Besame los labios, el cabello y los hombros
¿Cuántas veces te espero?
Sufrían por la luz de mis labios
Llenas pues de palabras mi locura
No es que muera de amor, muero de ti
Entre luz íbamos ciegos
Tú hablabas desde el centro del amor
Como si nunca hubieras sido mía
me pregunto de nuevo,¿cuántas veces te espero?

Adrián Fernández

miércoles, 24 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO V



Como sueño vivido hace ya mucho tiempo

Aun vive en mi memoria aquella noche

Triste es el territorio de la ausencia

El tiempo ha pasado y vuelves a mi memoria

Todas las aguas de un ciclón oculto

Se levantan a orillas del océano

Son el mejor recuerdo de unos días

¿A dónde te me has escapado?

Vivir es morir, nada se aprende

Queda quizás el recurso de andar sola

Me muero de mi cuerpo y de tu cuerpo

No es que muera de amor, muero de ti.


María Pla


martes, 23 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO IV



Te lo dije...

Te lo he dicho entre las nubes
no es que me muera de amor, muero de ti
el cielo que te enciende y me refresca
confundiendo los días con sus noches
son el mejor recuerdo de esos días.

Vivir es morir mas nada se aprende
todas las aguas son un ciclón oculto
como sueño vivido hace ya tiempo
se querían de amor ante la madrugada
se levantaban a orillas del océano

Como un pincel de luz cierra tus ojos
triste está el territorio de tu ausencia
aquí empieza la historia de una tarde
¿a donde se me ha escapado?
Quizás queda el recurso de andar solo

P.D. Para una persona que aunque se caiga
siempre la recogeré

Héctor Rodríguez Rivero

lunes, 22 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO III



El mejor de los sueños vividos.

Aquí empieza la historia, fue una noche
Te quería de amor entre la madrugada.
Miles de estrellas de escarcha,
Son el mejor recuerdo de unos días.
Te lo he dicho con las nubes,
No es que muera de amor muero por ti.
Te miraba a orillas del océano,
Aun vive en mi memoria aquella noche.
Propagando armonía entre mis pestañas y las nubes,
Tu risa me hacia libre.
Me besabas como si fueras a comerme,
Confundiendo tus días y mis noches.
Éramos las aguas de un ciclón oculto;
Un sueño vivido hace ya mucho tiempo.

Raquel Garrido Gómez.

domingo, 21 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO II



Oscuridad

Y por todas las veces en que no pudimos,
ni vivimos del pasado, ni dimos cuerda al recuerdo…
Sufrimos por la oscuridad, labios azules en la madrugada;
noche más noche, el amor ya era melancolía.
Llena pues de palabras mi amargura:
¿Cuántas veces he muerto?
Besa mis labios, mi cabello y mi cuello,
entonces seremos nosotros, no tú, no yo, seremos los dos.
Es tan corto el amor y tan largo el dolor.
Bésame ahora que es invierno,
Y recibiré el recuerdo como una lenta lluvia de estrellas.
Perdonadme, he muerto.

Paula Ordaz

viernes, 19 de febrero de 2010

BREVENTOS XX



Andrés vivía con su madre. Todo funcionaba estupendamente, eran una familia normal y corriente. Su padre era camionero, y por razones de trabajo no podía pasar mucho tiempo con su familia. Andrés sabía esto gracias a su madre que se lo había contado todo. El chico llevaba ya más de un año sin ver a su padre, cosa que le estaba empezando a resultar extraña. El sabía que su padre, es cierto que era camionero, pero sus temporadas fuera de casa nunca habían sido de periodos tan largos como el actual.
Andrés, picado por la curiosidad, se dirigió a la empresa de transportes donde su padre trabajaba; su padre no figuraba en ningún sitio como empleado de aquella empresa. A partir de ese momento, el muchacho empezó a desconfiar de su madre, y cuando cumplió la mayoría de edad se fugó de casa. Se metió a transportista en la misma empresa que su padre había estado.
Su madre hizo todo lo que pudo para buscarle, hasta fue a la empresa de transporte, pero no tuvo noticias de él nunca más.

Adrián Blazquez García

jueves, 18 de febrero de 2010

BREVENTOS XIX



En estos días me he dado cuenta que prácticamente, toda mi vida ha girado en torno a un simple banco del parque de mi casa.

De pequeño al salir del colegio me quedaba sentado en ese banco con mis amigos hasta que mi madre me gritaba por la ventana que las lentejas ya estaban listas. En ese banco, conocí a Marta, la chica de mis sueños y ahí fue donde conocí también mi primer beso…

Años mas tardes, en ese mismo banco, pedí a Marta que se casara conmigo. Hemos tenido dos hijos y siempre que puedo, los bajo al parque y me siento en aquel banco.

Todos estos momentos y muchos más que podría contar, me han pasado en ese mismo banco. Ahora me encuentro sentado, en ese mismo banco, a mis ochenta y cinco años dando de comer a las palomas y viendo a mis nietos jugar y es en este momento cuando me doy cuenta, que los momento más importantes de mi vida, se encuentran donde menos los esperas, en un simple banco del parque de al lado de mi casa.

Nerea Alberca Tejero

miércoles, 17 de febrero de 2010

BREVENTOS XVIII



Latidos


No me lo podía creer, mi corazón dejaba de latir, ahí estaba. Un ángel se me apareció ante mis ojos, me temblaban las piernas, mi corazón dejaba de latir... Era el más feliz, estaba en un sueño, mi corazón dejaba de latir... Mi familia a mi lado llorando estaba, y un pitido de una máquina sonaba... Mi corazón dejaba de latir.

Yeray Castillo

martes, 16 de febrero de 2010

BREVENTOS XVII



Estatua de hierro, sangre y corazón
Estaba cansado y muerto de frío. Llevaba siete horas seguidas trabajando y mi cuerpo ya no podía continuar. La pintura resecaba mi piel, haciendo que tuviera el cuerpo más rígido y me costara más moverme. Si ya de por sí el trabajo en la calle era muy duro, mi oficio lo era mucho más.
La gente solía confundirme con una estatua, las palomas se posaban encima de mí e incluso hacían sus necesidades sobre mí. Los niños (y otros no tan niños) se burlaban y solían venir a molestarme mientras sus padres les reían las gracias y no les controlaban. Empezaban a tocarme o incluso a tirarme cosas, aprovechándose de que yo estaba quieto y no debía moverme.
Afortunadamente, no todo el mundo era así. También había gente a la que les gustaba lo que hacía, aunque sólo valoraban mi esfuerzo con monedillas de veinte o cincuenta céntimos.
Mi humilde sueldo sólo llegaba a pagar una barra de pan diaria, que era lo único que me mantenía con vida. Mi hogar eran unos pocos cartones colocados en un callejón sucio y maloliente. Las heladas noches de invierno se me hacían realmente duras, por no disponer de nada que me abrigara y resguardara del frío y de la lluvia. El poco dinero que poseía lo empleaba en llevarme algo de comida a la boca, o en comprar pinturas y otros materiales para poder trabajar.
Aquel día me levanté temprano. Me puse mi ropa de trabajo y me pinté todo el cuerpo. Cogí los objetos que formaban parte de mi vestuario; además de la peana donde me subía y del bote para echar las monedas. Hice mis estiramientos necesarios y me coloqué en la peana para empezar mi inmóvil jornada de trabajo. No había casi gente por la calle porque el cielo amenazaba con llover.
Entonces fue cuando les vi. Eran cuatro o cinco jóvenes con malas pintas que se acercaban hacia donde yo estaba. No me dieron buena impresión y me entró miedo. Venían riéndose y tramando algo malvado. Cuando estuvieron cerca, empezaron a rodearme. Yo decidí hacer como que no les veía y seguir inmóvil continuando con mi trabajo, pero ellos empezaron a reírse y a insultarme. Cuando menos me lo esperaba, uno de ellos le dio una fuerte patada al pedestal sobre el que estaba subido, lo que hizo que yo cayera al suelo golpeándome tremendamente las costillas. El resto de jóvenes le aplaudieron y empezaron a golpearme mientras otro grababa con un móvil la paliza que me estaban propinando. Me destrozaron el traje y me humillaron. No creo que quisieran robarme, porque yo sólo era un pobre mimo que solamente había ganado tres euros ese día.
En realidad, yo creo que no sabían lo que hacían. Uno de ellos me dio un fuerte golpe en la cabeza con un palo, que puso fin a mis días e hizo que quedara inmóvil… eternamente.
Jesús Sánchez Paulette Gómez Calcerrada

lunes, 15 de febrero de 2010

BREVENTOS XVI

La salvación perdida.

Era un día lluvioso, un martes 24 de abril de 2003, me acuerdo perfectamente porque fue el día en el que me hospitalizaron. Estaba paseando bajo la lluvia sin un paraguas que me custodiase de la frío, cuando, me dispuse a cruzar un paso de cebra, miré a los dos lados para ver si algún vehículo se acercaba y al ver que no la calle estaba desierta, me dispuse a cruzar la carretera, de repente, un fuerte chirrido, unas luces cegadoras y un impacto que hizo colisionar mi cabeza contra el cristal del objeto y más tarde, contra el frío y mojado asfalto…Más tarde, solo pude ver un hombre gritando “llamen a una ambulancia” y lo siguiente fue una oscuridad infinita.
Pasé años en aquella oscuridad y tras mi interminable espera, conseguí ver un grano de luz..mis ojos se conseguían abrir. Miré desorientado la habitación en la que estaba, y ví que estaba solo, vi horrorizado los vendajes de mi cuerpo…y entonces entró, ella era una enfermera guapísima, parecida a un ángel, con cabellos rubios y unos ojos azules en los que si mirabas dentro te podías perder, de su voz poco os puedo decir porque lo único que podía oír era un pitido constante.
A la mañana siguiente, o al menos creo yo que era la mañana siguiente, me desperté y volví a repetir la misma acción, miré desorientado la misma habitación, pero esta vez hubo una novedad, una voz dulce y cristalina me hablaba, giré la vista para ver quien podía ser y era ella…la enfermera de la que desde que me había despertado me había enamorado estaba allí, mirandome sonriendome, intenté devolverle la sonrisa pero un dolor punzante me lo impidió, en seguida ella dijo “no lo intentes, a ver si los puntos se te van a saltar”, a mí me daba igual si se me saltaban los puntos, si ella me los volvería a poner, así, aun con dolor, podía tenerla cerca.
El día que conseguí levantarme de la cama y pude moverme por el hospital fue uno de los mejores de mi vida, a donde iba ella, iba yo con mi silla de ruedas, cada vez que la veía el corazón me latía más rápido. Siempre fantaseaba con que me levantaba de la silla, la cogía en brazos y salíamos del hospital como en la película de El Guardaespaldas, me entraba la risa tonta cada vez que lo imaginaba.
Pasaron los dias y las noches, los meses y las estaciones, viví 2 de los mejores años con ella. Por fin, terminé la rehabilitación, por fin estaba completamente curado de aquel aparatoso accidente, nos despedimos con un fuerte abrazo.
Yo volví a reincorporarme a mi trabajo, me costó un poco la verdad, y empeoré porque a todas horas estaba distraído pensando en ella, mi trabajo de ser brillante pasó a ser algo….mediocre tirando a malo. Un día, me planteé la idea de dejar mi trabajo, declarar mi amor por ella y vivir los dos juntos tan felices. Nunca nos separarían.
Dejé mi trabajo, de tal manera que tuve muchísima suerte de que mi antiguo jefe no me pusiese una demanda y me presenté en el hospital con un ramo de rosas frescas precioso. Pregunté su nombre en recepción, me dijeron que estaría en la 3ª planta y me dirigí a allí. Me planté delante de ella, le ofrecí el ramo de rosas y le dije que la amaba tanto que no podía hacer otra cosa, mi desesperación y mi amor ciego fueron mi perdición, ya que ella me dijo que tenía novio incluso desde antes de mi accidente, aquello me dejó tieso, casi me tuvieron que volver a ingresar, pero le dí el ramo de rosas y me fui a mi casa.
Desde entonces, todas esas noches pensé y pensé y no paré de pensar hasta que encontré la solución.
Me presenté en el apartamento del novio, llamé tres veces a la puerta, oí unos pasos acercándose y entonces él abrió, me dijo “¿quién eres?”, y yo le contesté “soy tu perdición”, saqué una pistola del bolsillo interno de mi cazadora y vacié un cargador entero contra su pecho, la puerta se cerró y solo se oían mis disparos.
La imagen era ésta; yo, sentado en un butacón, mirando el cuerpo del novio chorreando sangre, y él allí, muerto, con la espalda apoyada en el radiador, manchándolo todo de sangre, entonces, se me ocurrió una idea…una idea.
Llevé el cuerpo al baño, donde lo tumbé en la bañera, allí, con una pequeña hacha comencé a cortarle la cabeza, solo fue un corte limpio y mi mano izquierda mantenía su cabeza con una imagen de terror en su rostro que nunca os la podríais imaginar, metí la cabeza en una bolsa de deporte y me encaminé al hospital.
Ya en el hospital, me metí en un baño y saqué la cabeza de la bolsa, y fui andando pasillo por pasillo con la cabeza chorreando sangre y manchando el suelo con una linea roja, así hasta encontrarla, por fin mi búsqueda había concluido. Me puse delante de ella y le enseñé la cabeza de su novio, ella comenzó a gritar y a gritar, tiré la cabeza al suelo para abrazarla y consolarla pensando que se calmaría, pero tuvo una reacción diferente, comenzó a golpearme en la cabeza y a insultarme, de repente, me metí la mano en el bolsillo de mi cazadora, saqué mi pistola y disparé, sí, disparé contra la persona que más había amado en toda mi vida. Lo siguiente que recuerdo son 3 policías abalanzándose sobre mí, quitándome la pistola y cruzándome las manos detrás de la espalda.
Después de un corto procedimiento judicial y una falsa acusación de enajenación mental, me metieron en prisión y aquí sigo, cumpliendo condena y esperando el día de mi libertad para poder reunirme con mi amada, vivo o muerto.

JULIÁN JIMÉNEZ

domingo, 14 de febrero de 2010

Feliz Día de Los Enamorados



EL BLOG DE TU RARALITE TE DESEA QUE PASES UN FELIZ DÍA DE SAN VALENTÍN Y QUE EROS ALCANCE CON SUS FLECHAS TODOS VUESTROS CORAZONES
Dirección y administrador de Turaralite

BREVENTOS XV



LA BODA

Todavía lo recuerdo como si fuese ayer, como si fuese aquel martes 13 de junio, yo era una invitada a la gran boda del año, muchos medios de comunicación acudieron a la boda, el novio era un importante político y ella una modelo con una gran carrera por delante. A la boda acudieron grandes personalidades. La boda aparte de ser sonada por los novios e invitados era sonada porque meses antes él se vio implicado en una mafia que traficaba con órganos de la que supuestamente el formaba parte pero no lo pudieron confirmar.
Cuando estábamos en aquel jardín, todo lleno de flores, un atardecer en el que se veía como el sol se anexionaba con el mar ocurrió lo que no tenía que ocurrir, entraron varias personas y empezaron a disparar al novio que resultó muerto. Días después la autopsia reveló que el famoso político no era un hombre sino una mujer y de ahí que se le viera implicado en la mafia que traficaba con órganos.

NOELIA MORENO

sábado, 13 de febrero de 2010

BREVENTOS XIII



El unicornio


Un unicornio azul se despertó en un desierto enorme. Tan desierto que por no haber, no había ni sombras.Se respiraba un aire caliente que te quemaba las entrañas, pero a la vez soplaba una brisa helada que daría escalofríos a un mismísimo pingüino.El unicornio caminaba y caminaba y se preguntaba cómo pudo llegar allí. Seis horas de camino después encontró un árbol majestuoso, con frutas enormes, que parecían tan jugosas, pero para llegar debía cruzar una gran grieta en el suelo que dejaba al descubierto las entrañas de la tierra.El unicornio sabía que si no comía moriría, pero si saltaba también podría correr con la misma suerte.Pero las ganas de comer vencieron el miedo a las alturas y tras coger mucha carrerilla salta al vacío para llegar al árbol. Si no salta muere de hambre, si salta muere en la caída.¿De que murió el unicornio entonces? Yo no lo sé, porque no creo en ellos.

¿Muerte?, al fin soy libre.

Otra vez esa sensación de dolor penetrante que recorre mis venas como si me desangrara. La sangre húmeda y caliente recorre mis labios. Ese perro que pasa por encima de la tierra que me cubre. Creo que siento otra vez el impulso por romper el ataúd con las manos, aunque las tenga ensangrentadas de tanto intentarlo. Siento que mi corazón dará su último latido en poco minutos, creo que mis pulmones probarán la última bocanada de aire. Algunas personas piensan que cuando el corazón para, paras de sentir, pero no es así. Porque yo voy sintiendo cómo me desvanezco del mundo poco a poco.

Sandra Lougedo Pino


viernes, 12 de febrero de 2010

PLAGIAMANDO I

Hablabas desde el centro del amor
como un muro que se derrumba
como si nunca hubiera sido tuya.
Llenabas de palabras mi locura
arrastrabas mis tímidos pasos desorientados
y entre la luz íbamos ciegos:
esa música frágil era tu nombre.
En esta cama donde el sueño es llanto
recibo el recuerdo como una lenta lluvia de avellanas
y por todas las veces en que no pudimos
si solamente me tocaras el corazón
-aunque noche mucho más noche-
el amor ya sería un hecho.

Literosa b


Triste es el territorio de la ausencia
propagando armonía
entre mis pestañas y las nubes grises.
Aquí empieza la historia, fue una tarde,
besabas como si fueras a comerme,
nos queríamos de amor entre los labios,
tu risa me hacía libre,
¿a dónde se me ha escapado?
Vivir es morir, nada se aprende.
Por lo visto es posible decir no.
Queda quizás el recurso de andar sola
entre grandes estrellas de escarcha.

Literosa d

jueves, 11 de febrero de 2010

BREVENTOS XIII



COMUNICADO INESPERADO

Yo siempre he estado cerca de la muerte. Soy una de las extrañas personas que desde pequeño veía a los muertos que no habían encontrado su camino. Nunca nadie me ha creído, mi familia me dejó solo a los 3 años, y he dedicado toda mi vida a ayudar a los espíritus en todo lo que puedo.
De esta forma se describe toda mi vida hasta hace unos días. Nunca me había pasado y no entendía por qué me ocurría algo parecido. Aparece un espectro idéntico a mí pidiéndome ayuda, pero, sin embargo, yo estoy aquí viviendo mi complicada existencia, no lo podía entender. Me guiaba en un largo camino a una casa antigua, abandonada, pero no me decía nada. Un día me decidí a entrar y descubrí el diario de una mujer, mi madre. Me llamó la atención aquel 10 de marzo de 1969, el día que decidieron abandonarme y mudarse de casa para empezar una nueva vida. Descubrí en el diario la nueva residencia de mi familia y allí me presenté. Mi padre había muerto y mi madre arrepentida del pasado me comió a besos. Me comunicó que tenía un hermano que había muerto hace una semana, un hermano gemelo. Según mencionó mi madre, dedicó toda su vida a intentar buscarme y unir de nuevo la familia; lo que ella no sabe es que lo había conseguido.


Adrián Fernández Vega

miércoles, 10 de febrero de 2010

BREVENTOS XII



OTRO MUNDO

Hace tres años descubrí el mundo donde la gente va mucho más avanzada que nosotros, allí conectamos con una luz lila, donde tenemos que tener la mente en blanco, pensar en positivo y solo viaja el espíritu.

Desde esa luz podemos unirnos con nuestro mundo de la Tierra y manejar todo de forma que te salga bien, y para cuando vuelvas tener todo a tu favor y mucha suerte.

Por eso mi economía ahora es mucho mejor, he ayudado a gente desfavorecida, he cumplido deseos y he hecho bien por esta humanidad que sigue tan atrasada.

Pero hace un par de horas que he conectado con esa luz, y pensé en mi cuerpo desprotegido, que siempre lo dejo allí, en la Tierra, en estado vegetativo, tuve tanto miedo de lo que le pudiera pasar que de repente desapareció la luz lila y me quedé sumergido en una oscuridad espesa.

Lo último que vi fue como intentaban reanimar mi cuerpo, sin éxito.


ÁNGELA GAMAZO

martes, 9 de febrero de 2010

BREVENTOS XI



El suicidio


María y Laura se dirigieron con exaltación para conocer la respuesta definitiva…
María convivía junto a sus padres y su hermana en una vivienda a las afueras de Jaén.
Era una chica normal y corriente que asistía todos los días a clase para tomar apuntes.
Un día que estaba sola en casa, recibió una llamada en su teléfono móvil. Un chico anónimo se dirigió hacia ella indagándole por Laura, su hermana. María le respondió que no estaba y él la empezó a piropear continuamente. Al final de la conversación le comentó que era su novio.
Dos meses más tarde Laura se lo presentaba a la familia, que tuvo una respuesta muy convencedora, excepto María que se había enamorado de él. El chico se llamaba Daniel y tenía veintitrés años, uno más que Laura.
Todo parecía convertirse en un triángulo amoroso que podía tener un final frenético.
Mientras Laura se dirigía hacia la habitación para dialogar con sus padres, Daniel aprovechaba para besar a María en los labios. Ésta le respondió con un beso largo y apasionado.
Una semana después, Daniel dejó a Laura para emprender una relación sentimental con su hermana.
A lo largo del tiempo se percató de que estaba enamorado de las dos y les comentó que necesitaba deliberar para decidir con quién se quedaba. Las citó en el parque a las 17:30.
Pasados tres días María y Laura se dirigieron con exaltación para conocer la respuesta definitiva. Llegaron al sitio citado y le vieron de negro y dentro de un féretro.


CRISTIAN RODRÍGUEZ

lunes, 8 de febrero de 2010

BREVENTOS X



Enamorado
Pienso en pensar y pensando pienso en como pensar y viendo esa forma de pensar en la que tu has de pensar lo que pienso yo, tu no lo quieres pensar pero si piensas, pensaras en lo que estoy pensando.

Jugando
Recuerdo cuando éramos niños, diversión asegurada, en el lugar donde sueñan los sueños despiertos que aunque sueños, sueños son. Los sueños se hacen realidad como este en el que me estoy despertando que de verdad se ha hecho realidad escribiendo este microrrelato hecho de verdad.


HÉCTOR RODRÍGUEZ

domingo, 7 de febrero de 2010

BREVENTOS IX



Una sonrisa para el resto de los días

Amanda era una chica muy alegre que quería buscar trabajo, pero no tenía idea de cual sería. Un día que estaba leyendo un libro en su parque preferido, un gran parque repleto de árboles y niños correteando y jugando por los caminos, con un gran lago en el que se sentaban los ancianos a mojarse los pies mientras se contaban historias intrépidas de su niñez. Ese gran sitio era su preferido para leer al aire libre o simplemente sentarse en un banco a pensar. Entonces se le vino una idea a la mente, pensó que podía trabajar en ayudar a algunas personas, y un día estando en el hospital con su madre que era médico, se le ocurrió que podía ayudar a alguna persona que tuviera cáncer :
La ayudaría a hacer la casa, a planchar, a fregar, además le prestaría su amistad y su tiempo para hablar y desahogarse. Podría acompañarlo a la quimioterapia y cuando se sintiese mal o recayese ella estaría allí para apoyarlo. Le encantó la idea y se entusiasmó muchísimo, debido a ello, comenzó inmediatamente a buscar en el periódico, radio, televisión … anuncios. Pero no encontró nada, entonces decidió que el anuncio lo pondría ella. Ofrecería una mano donde apoyarse y una sonrisa.
Pasó el tiempo pero nadie llamaba, pensaba que ya nunca iba a sonar ese teléfono y cuando tristemente iba a desistir de su idea… de repente sonó.
Era increíble pero cierto el teléfono que tantas horas había esperado justo delante a que sonara, estaba sonando de verdad.
Se acercó al teléfono casi corriendo y lo cogió. Era un chico, con voz joven y tímida que decía :
- Perdone, ¿hablo con Amanda?, es que he visto su anuncio en el periódico y me gustaría tener una mano en la que apoyarme como usted bien dice.
Entusiasmada y casi llorando de la emoción le dijo ella :
- Soy a quien buscas, te ayudaré con la casa y sobre todo personalmente, cuando estés mal conseguiré hacerte sacar una sonrisilla, cuando quieras llorar estaré allí y cuando estés bien disfrutaremos juntos de los minutos, horas y días.

ZAIDA PANIAGUA

jueves, 4 de febrero de 2010

BREVENTOS VIII



LA PESADILLA DE UN PADRE

Pepe era un hombre normal, tenía familia, su mujer, 2 hijas y un hijo. Primero tuvo una hija, Leonor, después al varón, José, y por último, ya tarde, a la más pequeña y consentida, María. Esta última, al ser la más pequeña de la casa era los ojos de sus padres. María cumplió 16 años, y al poco tiempo se enamoró de un muchacho de su pueblo algo mayor que ella. María empezó a hablar con él, se iban juntos, se hicieron muy amigos. Pepe sabía que su hija se iba con aquel muchacho, pero ni se imaginaba que su hija le quería, porque Pepe la seguía viendo como una niña pequeña y no como una chica que empezaba a tener sentimientos. Pepe dejaba que María se fuera con el muchacho a pasear, algunas veces le dejaba que se fuera a su casa a comer con él… prácticamente pasaban el fin de semana juntos. María y aquel muchacho se dieron cuenta de que se querían mucho, así que, empezaron a salir. Pepe se dio cuenta, le molestaba mucho que su niña se hiciera grande, que empezara a amar, no lo soportaba. Le dijo a María que era muy pequeña para salir con chicos, que tenía que centrarse en sus estudios y olvidarse de novios. Ellos se oponían pero, al final, Pepe los separó a la fuerza. María no lo soportó, se volvió loca, la tuvieron que ingresar en un psiquiátrico. El muchacho se fue lejos de su pueblo, de su familia, de María, porque no soportaba verla así y Pepe también se volvió loco, pero no por amor como María, loco porque su hija crecía y se hacía mayor.
María del Romero Redondo Cachinero

miércoles, 3 de febrero de 2010

BREVENTOS VII



Y LLEGÓ EL DIA


Otro día más se vuelven a oír los pasos de aquel hombre que volvía del trabajo, del cual ella estaba enamorada.
Como otra noche más se oyen voces, golpes y portazos, su hija estaba escondida debajo de la cama por temor a un monstruo que se iba a deshacer de su madre.
A la mañana siguiente él tenía que volver al trabajo. La niña y su madre salieron a pasear, su madre la explicó por qué pasaba todo aquello y le dijo que se guardara su móvil para que por la noche cuando volviese el monstruo llamase a la policía.
Al anochecer se volvían a oír los pasos de aquel hombre que volvía del trabajo, ella se encuentra en la cocina esperando a que llegue para recibir todo lo que el hombre tenía para darle, nada bueno, era lo de siempre, la misma paliza de siempre.
Cuando entra por la puerta llama a su mujer y como no había terminado la cena empezó a pegarla y la niña llamó a la policía pero cuando llegaron ya había llegado el día, el día que él tanto había deseado.

SARA MARTÍN

martes, 2 de febrero de 2010

BREVENTOS VI



Eterno 
Era una tarde lluviosa, lóbrega, plúmbea, como todas en esta época. Tenía una cita con ella. Pero no todo era como siempre, esa tarde por fin le abriría mi corazón, le diría lo que pensaba, cuanto la quería, que los cuatro meses que había permanecido a su lado habían sido los mejores de mi vida, y en resumen, que mi corazón siempre la pertenecería.
Salí de casa, arreglado con traje y corbata, era una ocasión especial.  Fui a su encuentro en coche ya que el día lluvioso no me permitió caminar. Allí estaba ella, radiante, más guapa que de costumbre, o no, pero para mí era la viva imagen de la perfección, con un vestido largo y elegante, zapatos caros de charol y maquillaje sofisticado, como a ella le gustaba. La besé y la entregue una rosa roja y lozana, con este gesto insignificante intente transmitir todo lo que sentía. La acaricié tímidamente, como cuando mi  mano rozo su tersa piel por primera vez. Paseamos juntos por el penumbroso y ceniciento laberinto. Mis últimas palabras: “Te quiero”. Y entonces… su ataúd quedo sepultado bajo tierra.

lunes, 1 de febrero de 2010

BREVENTOS V



¿Sueños? 
La oscuridad se lo tragó. Todo alrededor era noche. La nada, el vacío intemporal de más allá del círculo de luz se perfilaba angosto y húmedo al hombre. A cada paso que daba, un estremecimiento recorría su ser. La sensación de que una muerte súbita acechase en cada recodo del camino, tras cada roca lo acosaba, le nublaba la mente.
Avanzó escurriéndose entre las sombras. Agazapado. Rugnir en la siniestra. De vez en cuando emitía un brillo, mas ésta era la única luz que poseía el hombre.
Bum-bum. Sonaban los latidos de su corazón.
Pronto, su corazón sería el único sonido que percibirían sus embotados oídos. Salvo el del agua, que rezumaba en hilillos por las paredes, goteando para terminar tristemente en el suelo de la galería.
Porque galería era.
Las estalagmitas se rendían a los pies del hombre. Avanzó incontables horas más. Bum-bum. El sudor adhirió la ropa a su piel. Parpadeaba repetidas veces, como alejando una mala visión. Bum-bum. Las tinieblas lo llamaban silenciosamente, conminándole a seguir caminando.
El esfuerzo era cada vez mayor, y no tardó en ser sobrehumano. Casi decidió abandonar por completo la búsqueda y volver atrás. Pero algo le retenía siempre, una brasa prendía siempre su ánimo antes de tomar la decisión.
Siguió avanzando.
Según bajaba el camino, más opaca era la visión, y más estrecha la gruta. No tardó en sentir un agua empapándole las botas. Estaba ante un pequeño lago subterráneo. Se detuvo, relajando su respiración. Bum…bum…bum.
Ahora veía el brillo que estaba buscando; al otro lado del agua. Sobresalía, como pugnando con las sombras, un gigantesco montón dorado, cuyas brillantes formas no pudo distinguir aún.
Mas, algo ocurrió entonces.
Un lamento, comparable solo al grito del más desgraciado de cuantos seres pueblan la desdichada tierra desgarró  el silencioso ambiente. El alma del hombre se quebró en mil pedazos al escuchar tal llamada a la desesperación. Un grito que penetraba en el cuerpo y lo sacudía por completo.
Una figura indistinta se irguió, perfilada a la luz del tesoro, allá lejos, en la caverna. Bum…bum…Se mantuvo quieta y desafiante. El hombre no pudo distinguir quién o qué era.
Pero la estela de sombras avanzó. Avanzó hacia él, como una horrible pesadilla en la que no puedes moverte y solo contemplar lo que sucede, se quedó allí, con la espada en la mano. Bum-bum bum-bum. Ahora su corazón estaba a punto de estallar.
El simiesco ser volvió a aullar, repitiendo aquel lamento horrible. Caminó perezosamente hacia el agua. La descripción de la criatura la guardo para mí, os ahorraré lo que sintió el hombre allí abajo, apenas a unos pasos de la bestia. Tan solo diré que sus ojos no eran más que dos globos blancos en una cara huesuda y carente de emociones. No, no puedo seguir describiéndolo…
La criatura gruñó y bisbiseó  como una serpiente en medio de la oscuridad. El hombre no podía moverse.
Bum-bum bum-bum bum-bum.
La aberración corrió hacia él, cojeando, pero resuelta. Cada vez estaba más cerca. Nada podría detenerla ya. No se podía mover, estaba bloqueado, de pie. El otro alzó  una de sus grotescas extremidades, queriendo alcanzar al hombre, y cuando por fin estuvo a la luz de la brillante espada, pudo verle la cara.
No hay razón ni lógica que pueda comprender por qué la madre naturaleza se ensañaría así  con un ser vivo. Aquella criatura no era de este mundo, jamás en ninguno de vuestros sueños más oscuros presenciaréis una cara semejante a ésta.
Porque cada uno de vosotros soñará  con una cara diferente. Nadie podría soportar aquellos globos blancos.
Entonces, justo después de verle la cara, como ocurre en estos casos, despertó de su sueño. Sudando, echado sobre la cama y destapado, con el corazón aún latiéndole a ritmo de tambor. Bum-bum. Se sentó en la cama y se levantó para ir al baño. Se lavó la cara sin encender la luz, aún estaba soñoliento. Después se dirigía otra vez a su cama, esta vez más calmado. Su mujer estaba dormida aún plácidamente.
Le acarició el cabello con ternura, diciéndose a sí mismo “sólo ha sido un sueño”. Se tumbó  junto a ella y durmió. Al igual que en el sueño, todo fue oscuridad otra vez. Todo silencioso y tranquilo, escuchando tan sólo su corazón, latiendo esta vez acompasadamente. Bum…bum…bum… Se durmió, relajado.
Pero los sueños se repiten. Unos globos blancos parpadearon en la oscuridad, junto al dormido hombre y su mujer. Estuvo observándole un rato, para después perderse, como siempre, entre las sombras del sueño más profundo. 
Por: Euridamo.