Ayer 13 de abril, y como anticipo, tuvimos la suerte de recibir a uno de los autores más premiados del teatro español: Jerónimo López Mozo (Gerona, 1942). Perteneciente a la generación llamada Nuevo Teatro Español, aquella que sin renunciar al compromiso político y social modernizó nuestro teatro incorporando la experimentación y las vanguardias, Jerónimo López Mozo, en una primera etapa, trabajó activamente con grupos independientes y universitarios (como el TEU de Murcia o el Teatro Lebrijano) y participó en creaciones colectivas. Una de estas creaciones fue El Fernando, en la que participaron ocho autores. Una de las anécdotas más interesantes de nuestro encuentro fue cuando Jerónimo mencionó la cantidad de hojas de censura que acumulaba en casa, pues casi todas sus obras fueron censuradas, y cómo, a pesar de todo, no era tan difícil sortear todos esos impedimentos administrativos. El Fernando, una historia sobre un Fernando VII que era clavadito a Franco no tuvo muchos problemas hasta que los delató un espectador, con lo que la obra solo se pudo representar a partir de entonces en ciudades menores de cien mil habitantes.
Jerónimo López Mozo ha escrito más de cincuenta piezas teatrales (Los novios o la teoría de los números combinatorios, Matadero solemne, Anarchia 36, Yo maldita India, Las raíces cortadas, Bajo los rascacielos…), todas de contenido fieramente humano: la injusticia, la marginación, la xenofobia, el exilio, la incomunicación, la pena de muerte, la religiosidad o el papel de la mujer son algunos de sus temas. Aquel niño que comenzó alquilando por cinco céntimos sus relatos al estilo Julio Verne a sus compañeros de clase, hoy todavía disfruta como un niño con cada representación de Guernica, quizás su obra más representada y que generosamente compartió con nosotros.
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