jueves, 4 de marzo de 2010

ELEGÍAMOS IV


Cuando menos te lo esperas,
las cosas se te escapan de las manos
como la arena del mar.
Por una tontería sin importancia,
las cosas se te tuercen
y no hay manera de enderezarlas.
Quién diría que por una discusión tonta y absurda,
esa felicidad que tanto anhelaban y deseaban experimentar
se fue convirtiendo en tristeza y disgustos.
Sus ganas de aferrarse al amor
se fueron marchitando como las flores en invierno,
como un enfermo sin cura.
No resistieron ese dolor y se fueron de la vida
angustiados y penados por el amor,
por ese que tanto lucharon y no funcionó

María del Romero Redondo

No hay comentarios:

Publicar un comentario