lunes, 21 de junio de 2010

OBJETORES VI


Nacida en China, Carmela era una camiseta aparentemente como todas
las demás, ella se dejaba doblar, poner y quitar a todo aquel que así lo
deseara.
Carmela tras el gran viaje de todas las camisetas de China hacia Europa
estuvo mucho tiempo en un gran almacén de nike, donde la gente que se
la ponía no se parecía en nada a las que la habían fabricado. Aquellas manos
chinas eran muy jóvenes, frágiles, de muñecas diminutas y en condiciones
mínimas de higiene, en muchos casos estaban llenas de heridas por la creación
de camisetas como Carmela a cambio de las cuales recibían 20 céntimos al día.
Esta camiseta tenía el problema de que nunca era vendida, la gente se la
probaba pero después de mirar la etiqueta la gente se la quitaba, con lo cual
el dependiente no dudó en ponerse la camiseta para ver que ocurría a lo que
descubrió que la etiqueta era incómoda y punzante y sin pensarlo dos veces
la cortó. El siguiente cliente que se la probó preguntó por su precio, así cuando el
dependiente fue a ver el precio se encontró con la etiqueta cortada y se inventó
el precio:__son 10 euros caballero(su precio anterior era de 40 euros),
a lo que el comprador respondió :__oh qué barata.
En definitiva Carmela ahora se encotraba en unas manos limpias y sin cortes pero
había pasado de costar 20 céntimos a costar 40 euros y luego por un despiste 10
euros por lo que Carmela habría preferido quedarse en China en unas manos imperfectas pero que necesitaban esa camiseta de verdad que no en manos limpias de gente que en realidad causaban la pobreza de esos niños trabajadores por 20 céntimos diarios.

RAÚL OVIEDO

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