lunes, 30 de noviembre de 2009

LITERAL IV


Aquel día tan asombroso.

Cuando mi hermana nació todos estábamos ilusionados, era morena con ojos marrones y toda mi familia pensaba que iba a ser igual de habladora que yo, ya que se parecía mucho a mí.
Cuando tenía dos años, todos suponíamos que iba a salir alguna palabra de su boca, pero nada, no decía absolutamente nada. El médico nos dijo que con el paso del tiempo ya hablaría, y si no, podría haber nacido muda. Todos estábamos preocupados, pero cuando mi hermana cumplió los tres años sucedió algo asombroso. Fuimos al campo de mi abuelo donde tenía gallinas, pájaros, conejos, y un estanque lleno de patos y gansos.
Mi hermana estaba entusiasmada con los animales, pero seguía sin decir ninguna palabra. Estuvimos toda la mañana ayudando a mi abuelo hasta la hora de comer, y cuando nos dimos cuenta, mi hermana ya no estaba. Buscamos por todos lados y no aparecía, hasta que oí una voz. Parecía la voz de una niña pequeña, pero a la vez el ruido de un pato, o un ¿ganso?. Fui corriendo al estanque y allí estaba mi hermana que no paraba de soltar ruidos extraños, o lo mismo era decir que no para de hablar por boca de ganso, ya que el ganso del estanque corría de un lado para otro sin poder emitir ruido ninguno. Ahí lo entendí todo, la lista de mi hermana le había quitado la boca para poder hablar.


SANDRA JAEN

No hay comentarios:

Publicar un comentario