"En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no
quiero acordarme" estaba sentado Daniel Aguilera Sangrador, gran poeta y
noble caballero de la corte del reino de don Juan Manuel Amaro. Daniel era un
chico esbelto, valiente y de sonrisa pequeña. Don Juan Manuel Amaro era
malvado, poco caballero y le gustaban mucho las mujeres. Daniel no cobraba
mucho y además trabajaba de sol a sol. Tras el descontento de Daniel, un día
cogió su armadura, su espada y fue al reino para pedir justicia. Los guardias
del rey no le dejaron entrar con lo que Daniel respondió con varios poemas para
endulzar a los mozos. Así, Daniel se fue abriendo paso entre la corte hasta
llegar a la sala en la que se encontraba don Juan Manuel Amaro. Daniel, le retó
a comer cochinillo con el fin de obtener dinero y don Juan Manuel aceptó. Tras
largas horas comiendo Daniel quedó vencedor. Don Juan Manuel le retó de nuevo a
ver quién contaba mejor un chiste. Daniel aceptó y quedó vencedor. Había un
empate y tenía que haber un vencedor,
por lo que se decidieron a retar a Adrián Fernández a una lucha con espada. Los
dos quedaron derrotados, muertos y sin dinero. Adrián Fernández era el vencedor.
quiero acordarme" estaba sentado Daniel Aguilera Sangrador, gran poeta y
noble caballero de la corte del reino de don Juan Manuel Amaro. Daniel era un
chico esbelto, valiente y de sonrisa pequeña. Don Juan Manuel Amaro era
malvado, poco caballero y le gustaban mucho las mujeres. Daniel no cobraba
mucho y además trabajaba de sol a sol. Tras el descontento de Daniel, un día
cogió su armadura, su espada y fue al reino para pedir justicia. Los guardias
del rey no le dejaron entrar con lo que Daniel respondió con varios poemas para
endulzar a los mozos. Así, Daniel se fue abriendo paso entre la corte hasta
llegar a la sala en la que se encontraba don Juan Manuel Amaro. Daniel, le retó
a comer cochinillo con el fin de obtener dinero y don Juan Manuel aceptó. Tras
largas horas comiendo Daniel quedó vencedor. Don Juan Manuel le retó de nuevo a
ver quién contaba mejor un chiste. Daniel aceptó y quedó vencedor. Había un
empate y tenía que haber un vencedor,
por lo que se decidieron a retar a Adrián Fernández a una lucha con espada. Los
dos quedaron derrotados, muertos y sin dinero. Adrián Fernández era el vencedor.
ADRIÁN FERNÁNDEZ
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