EL ENCANTAMIENTO DEL SIGLO XXI
Noche
tormentosa. Noche oscura. En la Plaza de España una luz intensa ilumina el
monumento a Don Quijote y a Sancho.
-
¡Voto a bríos, Sancho!
Por fin despertamos del encantamiento del caballero Mastuerzo!-comenta Alonso
Quijano, mientras se desentumece debido al tiempo que ha estado inmóvil.
-
Señor- replica Sancho-
no era un encantamiento, nosotros éramos…somos …
-
¡Calla mentecato! ¿Ves
aquel castillo que se vislumbra entre los árboles? Pues es el del Caballero Mastuerzo .Salgamos
de aquí antes de que se dé cuenta de su hechizo no pudo con nosotros.
-
Como vuesa merced
diga, pero…
Alonso Quijano corta la réplica de
su escudero y se dirige con su fiel Rocinante hacia Gran Vía.
-
Pero ¿qué ven mis
ojos?-exclama don Quijote al ver el panorama que tiene ante sí- ¡Las casas
deformadas queriendo llegar hasta el Sumo Hacedor! Resplandores extraños de
tres colores que flotan sobre…! ¡Sancho
no hay caminos! Solo lenguas negras que se entrecruzan el aquella plaza. ¡Mira
Sancho hay monstruos infernales con ojos que lanzan llamaradas y están rodeando aquellos caminantes! Vamos Sancho tenemos que matar a las fieras….
Antes que Sancho pudiera decir
nada, Alonso, galopando en Rocinante, se dirige hacia una nueva aventura.
Gritando- ¡Vamos malvados venid a por mí y dejad a estas buenas gentes!- se
sitúa en un paso de cebra. Los transeúntes le llaman loco, pero él no les oye
tan solo espera su nuevo combate. Los semáforos en verde, loa automóviles
arrancan, aunque despacio, se acercan cada vez más al caballero, el cual los
espera con su lanza preparada. Los coches le pasan por delante y por detrás, una
y otra vez hasta que cae al suelo y se magulla todo el cuerpo, sintiendo que se
ha roto en mil pedazos. Sancho corre en
su ayuda, como tantas veces.
-
Señor, señor… ¿está
bien? ¿Pero cómo se le ocurre a vuesa merced enfrentarse a esos carros de fuego
con una triste lanza? Ahora los llaman
coches y corren veloces.
-
¿Coches? ¿Qué palabra
es esa Sancho?¡ Bestias del infierno sería más preciso! Este encantamiento es
mucho más poderoso de lo que hasta ahora hemos tenido. Debemos tener cuidado,
seguro que encontraremos más peligros.
-
Bien, señor, lo que
usted diga, pero salgamos de aquí, este no es nuestro sitio.
-
¿Cómo que no? mientras
haya una sola persona, noble, plebeya, rica, pobre en peligro, Alonso Quijano
cabalgará para desfacer entuertos y
librarlos de los villanos.
Caminando hacia la fuente, Sancho,
movía la cabeza y pensaba que su amo
todavía no se había dado cuenta de nada, que seguía en su mundo. Él, inmóvil
junto a su amo, había visto cómo se transformaban las ciudades, las
gentes, cómo el tiempo pasaba, pero no
por ellos. Cervantes les creó y Cervantes les mató, únicamente vuelven a
revivir cuando alguien empieza a leer “En un lugar de la Mancha….” Y mientras
tanto, locura y cordura, velan por Madrid.
Alberto Fernández
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