viernes, 23 de marzo de 2012

LITERALMENTE XXIV

Listo?

Aquel
sucio internado alejado de la mano de dios era la prueba, había desperdiciado
mi vida, no servía para nada, y me dejaron en él abandonado a mi suerte... O
eso es lo que pensaba hasta que un día, buscando entre los polvorientos libros
de la biblioteca encontré un viejo Quijote. Lo abrí por una página al azar y
encontré la frase que me inspiró, y que me llevaría hacia la solución a mi
ignorancia... o a la locura?

La
parsimonia de los pasillos del internado se rompió tras la desaparición del profesor
de Historia. Nadie sabía qué había sido de él. Pero no fue el único caso, en
los días siguientes ocurrió lo mismo con los de Matemáticas, Filosofía y
Biología. Yo, sinceramente, me sentía igual que siempre, y empezaba a dudar de
que esa fuese la solución. Absorto en mis preocupaciones, ajeno a los problemas
del internado, seguí pensando la solución.

Durante
meses, alumnos brillantes desaparecieron sin dejar rastro aparente, y dada la
incomunicación del internado, no se había informado a nadie sobre lo
ocurrido...

Desde
luego, empecé a notar cambios en mí, tal vez empezaba a dar resultado aquello,
no sé qué era pero me sentía diferente, tal vez más listo que hace meses o tal
vez no...

El
agente Frank Tenpenny tiró abajo la puerta y encendió la linterna. El internado
estaba oscuro, después de años vacío. Cuando llegó a la biblioteca quedó
horrorizado. Cientos de cuerpos, descompuestos en el suelo, y sobre ellos, uno
que no debía de llevar mucho tiempo muerto. Siguió alumbrando con la linterna
hacia la pared y no pudo evitar sentir como se encogían sus tripas. Estaban
completamente manchadas de sangre, y miles de veces escrita la frase "con
sangre, la letra entra". Siguió mirando hacia el techo y fue cuando de
verdad notó el dolor en sus entrañas, pero esta vez, lo habían atravesado con
un cuchillo... El cuerpo aún no estaba muerto.

-Por
fin soy listo... ¿o no?-

Alejandro López Bermejo

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