martes, 13 de marzo de 2012

QUIJOTESCAS IX

Marc Chagall


No era diablo, sino un encantador que vino sobre una nube, después
del día que vuestra merced partió, y, apeándose de una sierpe en que venia
caballero, entró en el aposento, y no sé que lo que se hizo dentro, que a cabo
de poca pieza salió volando por el tejado, y dejó la casa llena de humo; y
cuando acordamos a mirar lo que había hecho, no vimos libro ni aposento alguno;
sólo se nos acuerda muy bien a mí y al ama que, al tiempo del partirse aquel
viejo, dijo en voces muy alas que, por enemistad con el dueño de los libros y
aposento, dejaba hecho el daño en aquella casa que después se vería. (La
sobrina de don Quijote)
-o-o-o-

Por cierto, hermano cabrero, que si yo me hallara
posibilitado de poder comenzar alguna aventura, que luego me pusiera en camino
porque vos la tuviérades buena; que yo sacara sin duda alguna del monasterio ,
donde debe estar contra su voluntad Leandra, a pesar de la abadesa y de cuantos
quisieran estorbarlo, y os la pusiera en vuestros brazos, para que hicierades
della a toda vuestra voluntad y talante, guardando, pero, las leyes de la
caballería, que mandan que a ninguna doncella se le sea fecho desaguisado
alguno.(Don Quijote hablando con un pastor).

Alberto Montes

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