´´Una mano
ensangrentada alcanzó a disipar las tinieblas. Lo que había sucedido en el
lapso de tiempo en que había reinado la oscuridad tuvo que deducirlos ella
misma. El hombre desnudo que agonizaba a sus pies lucía dos incisiones
profundas a la altura del cuello, de donde manaban, a golpecitos tenues,
borbotones de sangre increíblemente roja. Con escasas fuerzas que aún le
restaban, pronunció dos palabras que la aturdieron todavía más. ´´ ¿Qué…eres?``
Entonces se vio en un espejo. Un cerco ensangrentado resbalaba por su boca
hacia el cuello, como si se hubiese bebido a trompicones un batido de
granadina. Saboreó el néctar ferroso de su boca y recobró retazos aislados de
lo que acababa de pasar en aquel dormitorio. ``
Pág. 77 Capítulo: La biblioteca.
-O-O-O-
´´Además, aquella
noche volvía tras haber leído Manbattan TransfER, de John Dos Passos, y Las
Uvas de la Ira, de John Steinbeck. Estaba REALMENTE agotado. Si hubiera tenido
la cabeza despejada, sin duda las cosas hubiesen sido distintas. Me monté en el
coche y entré en la autopista. Recuerdo haber pisado el acelerador sin descanso
durante más de una hora. Al apretar de nuevo los frenos, algo me lo impidió. Un
libro había crecido allí. Las esporas habían fructificado en el único lugar del
coche donde no llegaba la luz: el pedal del freno. ``
Pág. 40 Capítulo: El contagio.
selección de Cristina López
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