martes, 10 de abril de 2012

QUIJOTIZANDO EL SIGLO, IX


La ingeniosa historia de Vajy y
Pepe Hole
Érase un día cualquiera en una
ciudad de España de cuyo nombre quiero acordarme pero no puedo, un
guerrero de complexión débil y un poco
corto de miras salía de su casa dispuesto a rememorar hechos propios de una
persona como Hércules, en los cuales quería conseguir que la sociedad se
quedara libre del crimen y hubiera paz.
Era la hora de comer cuando
Vajy salió corriendo de su casa con un palo de madera en busca de aventuras
junto con su amigo Pepe Hole (como de costumbre) aunque esta vez el resultado iba a ser como siempre.
Corriendo Vajy y mr. Hole
vieron a un grupo de personas que al verles pasar les empezaron a señalar y a
reírse de las pintas que llevaban con los kimonos y trajes de combate. Pepe le
dijo a su amigo Vajy que se dieran prisa en salir de ese camino que le daba
mala espina el aspecto de esa gente, pero como siempre Vajy pecando de confiado
fue a saludarlos como si los conociera de toda la vida. Una vez, habiendo empezado una conversación con
aquellos individuos, Pepe se escondió todo el dinero y el móvil donde no
puedieran encontrarlo. Mientras Pepe escondía sus pertenencias Vajy hablaba con
ellos les preguntó por la señora diana de las flechas, al escuchar el nombre
todos comenzaron a reírse y Vajy enrabietado cogió el palo de madera se puso a
pelearse con los 20 chicos que le rodeaban.Viendo esta escena Pepe salió
corriendo para proteger a su amigo pero procurando tener controlado el lugar
donde había escondido todas sus cosas.Pepe viendo que no llegaba a tiempo para
protegerle les insultó a todos :

-¡Malandrines, payasos, retrasados….!
-¿Qué nos has llamado enano?
Una vez dicho esto, Pepe empezó
a correr dejando solo a vajy contra un
chico que asustado se preparaba para correr con los demás del grupo y haciendo
una serie de movimientos empezaron a pelear ambos y los palos de ambos
contrincantes chocaron en lo alto y con una breve finta le golpeó en las
costillas aunque se llevó un impacto en la cara que le dejó sangrando con tres
dientes menos. Cuando volvió Pepe tenía el mismo estado con su amigo pero con
una sonrisa de oreja a oreja porque se habia quedado con sus pertenencias
intactas y con la cartera de unos de ellos. Tumbándose junto con su amigo se
quedaron descansando un rato.
Cuando se levantaron Pepe le
dijo que no volviese a contar con el para ninguna aventura más (como siempre)
pero al final acabaría cediendo porque su amigo le dijo uqe había realizado lo
mismo que su gran héroe don quijote de defender las causas justas y a su amada
con toda la destreza posible. Dicho esto ambos regresaron a su casa sin
despedirse porque Pepe estaba muy cabreado por la locura de su amigo de meterse
en peleas por defender a su amada.

Alberto Montes

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