miércoles, 9 de mayo de 2012

MORIR DE LIBROS, V



-Seis meses
más tarde casi había olvidado mis dos lecturas .Para celebrarlo, invité a mi
mujer a cenar por todo lo alto. Me sentía más humano ,menos monstruoso. Ni un solo pensamiento
profundo ensombreció nuestra conversación sobre la mesa del restaurante de
lujo. Laura apretaba mi mano con un resplandor de felicidad en sus pupilas.
Cuando volvimos a casa nos desvestimos en el garaje,besándonos con una pasión
que creíamos extraviada por los pliegues del tiempo,y ascendimos las escaleras
a trompicones,mezclando risas y lenguas,caricias y miradas de deseo.
-O-O-O-

-Bebimos Mursika añejo
y terminamos haciendo el amor sobre la alfombra del pasillo.La sonrisa de
satisfacción que inundó el rostro de Laura se convirtió en una risa compartida
.Creo que jamás había sido tan feliz. De hecho, susurré dos palabras en sus
oídos que llevaba mucho tiempo sin pronunciar. Ella, en lugar de responder con
la misma fórmula, embozó una mueca extraña con los labios. Tumbado sobre su cuerpo,
aún fundidos en el abrazo final del coito, sentí el temor idiota de no ser
correspondido. Entonces Laura me miró fijamente y tragó saliva.

selección de LORENA BAUDIL


No hay comentarios:

Publicar un comentario