El hidalgo no podía creérselo . ¿¡Qué demonios
era ese cacharro que se hallaba delante de sus narices!?
- Señor, creo que es peligroso - dijo Sancho,
tan poco valiente como de costumbre.
- Para eso estoy, querido Sancho, para
combatir peligros. Mmmm... veamos...
CLICK.
Y después pulsar aquel botón tan colorado y
tan llamativo, lo vieron todo borroso, tan borroso que cayeron al suelo y
durmieron por un rato los dos.
- ¡Señor, señor! - gritaba desesperado Sancho.
Don Quijote abrió un ojo y vio a su escudero
pálido, parecía muy preocupado. Se levantó y aquel no era el lugar donde había
quedado dormido. Estaba en una calle con cientos de personas. No conocía a
nadie. Pero todos tenían algo en común. Iban de verde y no tenían cara de estar
felices y contentos.
-¿Qué es esto? ¿Dónde estamos?- preguntó don
Quijote.
- No lo sé señor - contestó Sancho.
Sancho prestó atención a lo que los de verde
decían. '' Los recortes para las Cortes' . ¿Qué quería decir aquello?
Don Quijote leía todo lo que encontraba, pero
no entendía... '' Escuela pública de todos y para todos''
Entonces una joven les reconoció.
-Eh, yo a ti te conozco. ¡Tú eres Don Quijote,
este tan bajito y gordito es Sancho y ese caballo flaco es Rocinante! ¡Qué buen
disfraz tíos! Venga, vamos , venid con nosotros.
Y Quijote y Sancho se encaminaron con aquellos
jóvenes tan extraños y tan... de verde.
Estaban anonadados, la gente les conocía, ¿cómo
podía eso ser cierto ?
Entonces Don Quijote preguntó a una mujer que
por allí pasaba: ''Perdone,¿ para llegar al Toboso? '
-¡Qué graciosos!- contestó ella.
-¿Qué ocurre?- preguntó temeroso Sancho, como
si aquella mujer fuera a pegarle una paliza.
-¿Puedes ver a esa señora de ahí? Pues se
llama Esperanza Aguirre, Espeonza, en twitter. Y ha ''pegao'' tijeretazos por
to's laos la muy....
-¿Qué? ¿Pero qué es ''tuinter''? ¿Os ha
recortado? - dijo extrañado don Quijote.
- Twitter, y no, no nos ha recortado, nos ha
quitado dinero de la escuela pública, favoreciendo por otro lado a la privada y
a la concertada. Ayúdanos.
Entonces don Quijote, se acercó a aquella
mujer, la cual el pensaba que era bruja, con cara chistosa, que se '' pega
tijeretazos por to's laos la muy...'' y la dijo estas palabras:
-Óigame usted a mi, Doña Espeonza, esta gente
está muy cabreada con usted, debería de hacer algo, pero no les eche ningún
conjuro eh, solo quieren que deje usted
de recortar y que...
¡CATAPUM!
Como diez hombres tan grandes como armarios
empotrados se acercaron a don Quijote y a Sancho y les propinaron una paliza
que volvieron a caer el suelo redondos. Entonces se despertaron en el mismo
lugar, con la máquina enfrente, pero esta vez no pulsaron el botón. ¡ Qué
chiflados los de verde!
NOELIA FERNÁNDEZ
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