Ha salpicado mis ojos
del color de su sonrisa,
y mi alma con su amor.
Y aunque su corazón sea de vos,
es tan importante para ella
que a mí me basta con su olor.
Morir ya no me asusta,
he visto el cielo en ella.
Y aunque en el infierno esta,
ni dudare un momento en pensar en ella.
JOSÉ ANTONIO MOLINA
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