jueves, 2 de febrero de 2012

LITERALMENTE I



Tiempo de vacas gordas

Eran las tres de una tarde de
verano calurosa. Yo estoy volviendo de la piscina de una clase de natación
cuando de repente me caigo al suelo y no puedo levantarme. Pasa un rato, abro
los ojos y lo único que veo es un campo donde pastan muchas vacas y cabras. Me
acerco a las vacas y para mi sorpresa entiendo lo que dicen sus mugidos. Voy
directamente a ver a la vaca más flaca que estaba al lado de un pequeño lago
bebiendo agua en vez de comer, le pregunto la razón por la cual no come y ella
me responde que no sabe qué le ha pasado que ella era una chica de 16 años de
Fuenlabrada que estaba jugando al tenis cuando se cayó al suelo. Yo me extrañé
por lo que decidí investigar un poco y pregunté a todas las vacas que veía muy flacas y todas por muy raro que pareciese eran
human@s: ¡se habían caído y habían despertado como vacas!. Preocupado me
acerqué a las vacas más gordas y todas eran muy bordes y groseras con las
flacas, como si tuvieran mejor clase que las demás por ser más gordas. Decidido
a enterarme que pasaba, me dijo una de las vacas: ‘’ esto os pasa por ser seres
materialistas y anteponer el físico a lo demás. Ahora es el tiempo de las vacas
gordas y no recuperaréis vuestra forma de humanos hasta que no os deis cuenta
que lo importante no es el físico sino el interior, al igual que pasa con nosotras,
cuanto más gordas mejor leche damos ‘’ En ese momento me desperté y había
recuperado mi forma humana aunque sin prejuicios sobre la corpulencia de las
personas.

Alberto Montes

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