jueves, 16 de febrero de 2012

QUIJOTESCAS IV

Salvador Dalí

_ Y desnudándose con toda
priesa los calzones, quedó en carnes y en pañales, y luego, sin más ni más, dio
dos zapatetas en el aire y dos tumbas la cabeza abajo y los pies en alto,
descubriendo cosas que, por no verlas otra vez, volvió Sancho la rienda a
Rocinante, y se dio por contento y satisfecho de que podía jurara que su amo
quedaba loco.


_No, señor- respondió
Sancho-, porque, después que la di, como vi que no había de ser de más
provecho, di en olvidalla, Y si algo se me acuerda, es aquello del sobajada,
digo, del soberana señora, y lo último: Vuestro hasta la muerte, el Caballero
de la Triste Figura.
Y en medio destas dos cosas le puse más de trescientas almas, y vidas, y ojos
míos.


selección de SILVIA BONILLA

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