miércoles, 15 de febrero de 2012

LITERALMENTE XIV


PARA CHULOS, MIS HUMOS

¿Has visto a alguien alguna vez atrapar humo? Yo tampoco, pero
como esto es relato y aquí todo vale por qué no iba a decir que yo conozco un
hombre que perseguía humos como si fueran sueños. Para él eran algo
inalcanzable, algo transparente, que se le escapaba de las manos. Si nos
ponemos extremistas, los humos eran su razón de ser, le volvían loco, y más si
eran de colores. Le gustaba tanto atraparlos como a Esperanza Aguirre jugar a los recortables. Yo, le dije
muchas veces: “¡Ten cuidado que la avaricia te vicia ¡” Pero él no me hacía
caso. Al entrar en su casa lo primero que veías eran nubes de colores formando
el arco iris por toda la casa. A cualquiera que le cuentes que tienes un amigo
que su hobby es cazar humos… te deja de hablar de por vida. Este hombre, de
nombre Inan y apellido Canzable tenía demasiados humos conviviendo con él, y
eso no podía ser bueno. ¿Y que pasó? Que un día fue a cazar el humo más
gracioso pero a la vez mortal que podía haber atrapado. El gas de la risa.
Tanta gracia le hacía que murió de un ataque de risa, rodeado de sus humitos de
colores. Pobrecito; le afectaron tanto sus humos que siempre que le decía algo
él me respondía: “Para chulos mis humos.”
LAURA LEÓN

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