viernes, 10 de febrero de 2012

LITERALMENTE VIII


CUESTIÓN DE PLUMAS

-¿Qué cómo me hice esta herida? Si tanto te interesa
te lo contaré. Yo andaba detrás de Lucía, y ya no sabía qué hacer para
conseguirla, así que pedí ayuda a mi amigo Juan. Él me dijo que tenía que
marear la perdiz para luego lanzarme, y eso fue lo que hice. Me fui al bosque
que hay detrás del ayuntamiento, y me quedé quieto durante horas hasta que se
acercó mi objetivo. Como estaba tan quieto, mi víctima no me vio, por lo que se
acercó a mí sin ningún temor; y para cuando se dio cuenta de mi presencia, ya
era demasiado tarde.
Cogí la perdiz por la cabeza, y la empecé a agitar sin
parar, a una velocidad sorprendente; hasta que quedó tan mareada que no podía
ni volar. La metí en una caja con unos agujeros, y la envolví; y después de eso
fui a buscar a Lucía. Ya había hecho todo lo que me dijo Juan, así que estaba
preparado para recibir mi recompensa, y le di el paquete a mi amada. Ella lo
abrió con mucha ilusión, pero no sé por qué cuando vio a la perdiz mareada
dentro de él, me dio este puñetazo en el ojo.

DANIEL FERNÁNDEZ

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