lunes, 13 de febrero de 2012

LITERALMENTE X


La voz de mi silencio.
Alguien
alguna vez me dijo la típica frase “Shh las paredes oyen”…Yo pienso que quizás
no simplemente se dediquen a escuchar…
Era de noche
y hacía mucho frío en el pueblo que solía frecuentar cada navidad.
Esa misma
mañana el dueño de la casa nos habló del horrible suceso ocurrido en la casa de
al lado. Una pareja feliz, de un día para otro apareció asesinada de la manera
más cruel por alguien que, de momento la gente desconoce. Desde entonces, todas
las noches en las que el viento arrecia, se oyen los aterradores gritos de una
mujer.
Tuve
miedo en un primer momento, pero sin pensármelo dos veces, esa noche fría y
airada, visité la casa sin deparar en las consecuencias.
Cada paso
que cada, crujía la madera del suelo, era la clásica escena vista en las más
estúpidas películas de miedo. Y sin esperármelo, escuché el primer grito de
aquella mujer desesperada. Provenía de las paredes que tenía aquel lugar, se
oían golpes, como si estuviera tapiado el grito en sus muros, era imposible.
Entonces me acordé de aquel dicho y me dispuse a escucharlas como ellas lo
hacen con nosotros. De cada ráfaga de viento se extraía el más espectral sonido
que jamás oyeran mis oídos, hasta que finalmente ellas me escucharon y el
viento cesó… creo.
Tardaron
meses en encontrarme después de aquella noche. No le pude contar a nadie lo
sucedido. No podía. Mi voz no está. Mi voz ha desaparecido. La tienen ellas,
las paredes de esa maldita casa.
YAIZA FLORES

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