Acabade salir el sol, Germán, y
pienso en ti. De hecho, llevo pensando en ti desde que me he levantado, que
todavía era de noche. Me siento muy ilusionado contigo, y todo lo que pase
durante el día me va a dar igual, merecerá la pena,porque te veré esta tarde.
Hacía mucho que no me sentía de tal manera, desde que era pequeño y esperaba con
ansia los regalos de "Los ReyesMagos". Esas noches sin pegar ojo, o
la típica risita tonta. Aunque hay algo que me preocupa, y es que no sé lo que
sientes tú por mí, nos separan unos cuantos años, y también unos cuántos
kilómetros, pero cada día que paso estoy más seguro de que eres como una droga,
que por cierto, no me gusta, porque la mayoría de cosas que tienes las odio, y
no las aguanto. Pero hay algo en ti que contrarresta lo demás, y aún sigo
queriendo saber qué es. Si estuvieras aquí conmigo, todo sería más fácil, pero
estaría el problema del agobiamiento, y es que yo necesito mi espacio. Ahora, estoy
esperando que des señales de vida, de que me hables por Facebook, Messenger o
Twitter, pero nada. ¡Aunque tampoco importa...! Pero quiero que me vuelvas a
llamar idiota y estúpido como solías hacer antes, o decirte al verte serio:
Ríete, ríete, hasta que acabas riéndote.
Dichoso Germán, y dichosas mentes
adolescentes.
GRANADA
CEGADORA
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