Acaba de salir el sol, Germán, y pienso en ti. Pero he de
confesarte que ya salga, o se ponga, o simplemente permanezca, lo hago.
Pienso en ti, y no solo en ti,
sino en las cosas que solíamos
compartir, los temas de los que solíamos hablar, y en definitiva, todo lo que me recuerda a ti.
Hace algún tiempo me tropecé con una carta que un día escribimos juntos,
recuerdo que tenía un fin, escribirla
y guardarla para leerla tras haber pasado algunos años. Trataba sobre
las ambiciones que teníamos de niños
y que soñábamos con hacer realidad.
Ahora solo tengo presente una ambición en mi
cabeza. Un sueño que por mucho que desee,
no se hará realidad. Y el motivo por
el que te hablo ahora sobre todo esto. Es
la ambición de que vuelvas.
Diana Reyes
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